Matías Manna (*)

Lo único que potenciará a Rosario Central es su juego. Así que iremos rápido con algunas disecciones sobre lo que sucedió en las últimas derrotas canallas. Las gestaciones de los dos goles de Independiente Rivadavia de Mendoza fueron idénticas. Pelota alta, el centrodelantero Piriz Alves que peina el balón y su compañero de ataque (Gómez o Ferradas) la buscan al espacio. En el primero le hicieron falta a Gómez y luego vino el tiro libre del gol. En el segundo ya conocen lo que sucedió. Todo planeado, sobre todo porque de arriba no pierden nunca y porque de visitante, frente a Central, no les quedan muchas opciones. El peso de la camiseta es así y todos entregan la iniciativa.

Ahora bien, entonces, al que le quedan muchas opciones es a Central. Los dos caminos que eligió a la hora de atacar en el pasado encuentro exhiben rasgos diferentes. El día y la noche. Como tiene que salir a ganar, muchas veces elige el camino, al parecer, más corto. Algunos lo llaman “juego directo”. Se basa sobre todo en desesperarse y querer patear cuanto antes al arco rival, culminar rápido la jugada. En el primer tiempo, Central no se asoció en campo contrario. En esa zona, no dio más de tres pases seguidos (sólo lo logró en tres jugadas durante 45 minutos). Lo ven en el primer video: uno o dos jugadores buscando superar a muchos “blancos”. Atacando así, lo peor sucede cuando el rival recupera la pelota: contraataque seguro y tu equipo mal posicionado.




La continua reiteración de sucesos lamentables e impertinentes que no tienen que ver directamente con el juego (pero si lo afectan) y que muchos medios se encargan de reproducir hasta el hartazgo hacen suponer que el último partido fue muy malo. Pero no es tan así. Con mayor frecuencia en el segundo tiempo, Central atacó de otra manera. Se asoció en campo contrario y logró construir buenas situaciones de gol. En algunos momentos bajó un cambio y mediante el pase tardó más en llegar al arco contrario pero llegó mejor.



El entrenador español Juan Manuel Lillo, un enamorado del fútbol argentino, que sabe y recuerda quienes fueron en la historia canalla, por ejemplo, el wing Bóveda, el central Pascuttini o Aldo Pedro Poy (Fontanarrosa sostenía que fue uno de los hombres más insultados cuando apareció en primera [1] ) dice: “Es añadirle a una actividad azarosa, como es el juego del fútbol, todavía más ingredientes que dependen de la suerte. Cuando la pelota sale del pie, nunca sabes dónde llega; pero si encima la rifas, estás perdido” [2].

Todo debe seguir pasando por Nery Dominguez. Persistir en esa intención será un buen camino. Así, habrá pases y posesión. Pero si los toques no logran desacomodar al rival y no encuentran superioridades en líneas siguientes de pase, de nada servirá. Cuando ingresó Pipi García hubo más interacción. El enganche merece más minutos, o al menos eso parecen expresar sus compañeros porque lo buscan en la cancha. Puede ser una gran referencia para aparecer por detrás de los dos mediocampistas centrales que alineará Almirante Brown, su ex equipo y próximo rival canalla.

La semana próxima, retornaremos con un análisis sobre Rosario Central (Newell´s tendrá fin de semana libre) y pondremos la lupa sobre Pipi García. Tras un buen año en Almirante Brown, llegó a Rosario (¿por pedido del entrenador?) y no tuvo muchos minutos. Puede ser un punto fuerte en el camino que seleccione Miguel Angel Russo. Sobre todo si elige el juego de las asociaciones, el del pase para unir y acomodar al equipo. Si va por otro camino, el del juego directo y desesperado, mejor que ni lo piense. En ese caso, el rival tendrá preparada una buena contra y un balón largo buscando el espacio del centrodelantero rival.




Citas

[1] FONTANARROSA, Roberto (2000). No te vayas, campeón. Equipos memorables del fútbol argentino.
[2] Fragmento entrevista realizada por Angel Cappa en “Hagan juego” (2009).

Artículos anteriores de “Juego de posición” sobre Rosario Central:

 

Nery Domínguez, la piedra angular para el ataque de Central.

 

Pautas para armonizar la orquesta canalla

 

Central y sus movimientos para desorientar a la defensa rival

 

 

 

 

 

 

 

 

(*) Matías Manna (@matiasmanna) es autor del libro Paradigma Guardiola (Ara Llibres), creador del blog que lleva el mismo nombre. Entrenador de fútbol profesional y asesor e integrante de cuerpos técnicos de nivel internacional, nacional y regional. Egresado de la carrera de Posgrado Comunicación Digital Interactiva (Universidad Nacional de Rosario) – Licenciado en Periodismo (UNR). Docente universitario. Gestor de @ParadigmaPep, medio de comunicación rosarino con más seguidores en Twitter.