Este viernes a las 21.30 en el Auditorio Fundación, Mitre 754, Kevin Johansen regresa a Rosario con The Nada para presentar BI, su último disco.
El álbum fue grabado en dos partes. La primera, Jogo (Subtropicalia), registrada en los Estudios Del Arco con la coproducción de Javier Tenenbaum y Osqui Amante; y la segunda, Fogo (Pop Heart), se grabó en los Estudios El Pie con la con producción de Tweety González (Soda Stéreo, Fito Páez)
En la portada de la placa aparece una fotografía en blanco y negro de los padres de Kevin. El cantante explicó en diálogo con A Diario (Radio 2) que la idea surgió “de casualidad”: “En un charla entre mates con mi hermana, me mostró la foto”, confesó. “Y como es Bi, y ellos son dos”.
Al ser consultado sobre qué rasgos de sus padres reconoce como “heredados”, Johansen define a su mamá como “una morocha argentinísima”.
“Su familia vendía medias en Núñez y les había ido bien. Ella era un bocho y se fue a estudiar filosofía, particularmente letras, a Estados Unidos. Ahí conoció al viejo Johansen que, para ella, era como una especie de Kirk Douglas. Como mi papá no quiso ir a Vietnam, se mudaron a Alaska, para hacer la colimba". Ahí nació Kevin.
La carrera musical de Johansen –si bien ya había hecho los primeros pinitos con el regreso democrático en Instrucción Cívica– tuvo un antes y después a partir de la inclusión de “Down with my baby” en la novela Resistiré.
“Todavía no se si hacerle juicio o agradecerles”, dijo, en relación a la repercusión posterior.
“Por suerte no tenía 19 años sino 30 y pico, y pude reírme de la situación. Por entonces dudaba: «van a pensar que sólo hago temas cachondos en inglés». Yo venía de un lugar más de culto, más tranquilo. Pero ese año hice mi primer Gran Rex”, completó Johansen
Con respecto a esa tranquilidad que lo distingue, al menos en la apariencia, el cantante expresó: “Uno inspira eso. Capaz que hay algún gen que tira para ese lado, pero también hay un montón de laburo. Me hago malasangre como todo el mundo. Soy muy de extremos. Me puedo re calentar en un segundo. De estar al natural, paso a hirviendo”.
En relación a Bi, el instrumentista apuntó: “Es un disco que tiene un guiño a Uruguay, Brasil y Argentina, además de algún que otro cover. Tiene folclore, tango, candombe”, completó, al tiempo que señaló que el proceso más general comenzó hace “dos o tres años”.
“Me encanta lo retro y lo antiguo. Tengo una debilidad por el tango, el jazz y el son cubano, todo género que tenga más se cien años. Uno tiene un gusto por hurgar en esos sonidos que se quedaron congelados”, apuntó.