El secretario general de la ONU, Kofi Annan, denunció que Israel usó bombas racimo en la reciente guerra del Líbano y pidió a ese país que informe sobre los lugares donde están colocados esos artefactos, que provocan muchas víctimas civiles.

"Aún en la guerra la población civil debe ser respetada", dijo Annan en una conferencia de prensa en Shuneh, a orillas del Mar Muerto, junto al rey de Jordania, Abdallah II.

El secretario de la ONU dijo que le pidió a Isarel que entregue un mapa de los campos minados a fin de garantizar la protección de los civiles" que quieren volver a sus hogares en el Líbano.

Por su parte, el rey de Jordania, Abdullah II, expresó que "lo que sucedió en Líbano podría repetirse hasta que no se déuna justa respuesta a la cuestión palestina".

En tanto, el jefe del Servicio de Acción contra las Minas de la ONU en el sur del Líbano, Chris Clark, dijo las bombas racimo causaron 59 víctimas, 13 de ellas fatales, desde el cese de las hostilidades el pasado 14 de agosto.

El equipo de la ONU localizó 390 lugares separados donde se produjeron ataques israelíes con municiones de ese tipo y destruyó unos 2 mil dispositivos, potecialmente mortales.

Las bombas de racimo, también llamadas de fragmentación, contienen municiones más pequeñas, que por lo general son del tamaño de un puño, muchas de las cuales no llegan a detonar inmediatamente después del impacto.

El uso de las bombas racimo está seriamente cuestionado porque pueden matar indiscriminadamente.

El Protocolo de 2003 sobre los Restos Explosivos de Guerra, impulsado por la Cruz Roja Internacional y firmado por 91 países, pero no por Israel, exige a las partes que, tras el cese de las hostilidades en una guerra, remuevan todos los artefactos sin explosionar o abandonados que amenazan a los civiles, a los miembros de las fuerzas de mantenimiento de la paz y a los trabajadores humanitarios.

Estados Unidos usó bombas de racimo en las guerras de Afganistán, Irak y Kosovo pero la funcionaria de la ONU Dyala Farran indicó que la "situación (en el Líbano) es mucho más grave" que las constatadas por ese organismo internacional en aquellos países y que un 10 por ciento de esos dispositivos no llegó a explotar.