Una investigación realizada en el Reino Unido sobre una muestra de 6.500 personas expresa que tener una baja apreciación sobre uno mismo lleva a descuidar la alimentación, y no al revés.


El trabajo suposo el seguimiento de los participantes desde los años setenta. Entonces, una enfermera midió su estatura y su peso cuando tenían 10 años. También se les hizo una evaluación psicológica.


A los 30, se los volvió a revisar. Según publican investigadores del King’s College de Londres en la revista BMC Medicine, los chicos que tenían una autoestima más baja, los que sentían que tenían menos control sobre sus vidas y los que estaban más preocupados por ganar peso fueron los que 20 años después tenían una mayor propensión a la obesidad.


"Lo novedoso de este estudio es que hasta ahora se ha considerado la obesidad como un desorden metabólico, y lo que hemos encontrado es que los problemas emocionales son un factor de riesgo" para ganar peso, explicó David Collier, director del estudio. Y no se trata de "personas con graves problemas psicológicos". "Sus niveles de autoestima y ansiedad están en la parte baja del rango de la normalidad", afirmó.


El hallazgo puede permitir diseñar estrategias para prevenir la obesidad en las que no intervengan sólo consejos sobre la dieta y el ejercicio, sino que incluyan un problema psicológico, expresaron los especialistas. Esta investigación también reabre un debate recurrente sobre otro tipo de problemas de salud, como la relación entre inestabilidad mental y las adicciones.


Fuente: El País