Maricel Bargeri

Las Pelotas peina 25 años. Algunos parches ya no están, es verdad; pero otros se sumaron hasta definir la redondez del presente. Prueba de ello es que la banda que gestaron Germán Daffunchio, Alejandro Sokol y Alberto Troglio con la hiperinflación pisándole los talones, rueda hace tiempo con un sonido al que no se le ven las costuras.

Y es desde esa certeza que este sábado festejaron  su archivo musical 5x5 y regresaron a canciones como “Hola qué tal”, “Tucán” y “Boca de pez”.

La previa se tomó un poco más de tiempo para colgar dos trapos, uno de ellos dedicado a Sokol y el show, que estaba anunciado para las 22, arrancó media hora más tarde, mientras el cemento de Club Brown mostraba pocos claros.

La primera parte del recital, compiló temas de los últimos discos, la mayoría de ellos habituales en el setlist del sexteto: “Escondido bajo el brazo “, “Cerca de las nubes”, “Qué Podés Dar”, “Ya No Estás”, hasta que llegó “Escaleras”.

La canción de Máscaras de sal –con la intervención del hammond de Sebastián Schachtel– fue la primera de una seguidilla de canciones “fuera de la grilla” que se irían sumando sobre el cierre.

A este primer tándem se sumaron “Cómo se curan la heridas” y “Boca de pez”, esta última de la placa Todo por un polvo; una de esas canciones que volvieron en 2013 para el prólogo del cuarto de siglo.

En los intervalos Daffunchio interrogaba de a ratos el ánimo de los presentes con un “¿Están bien?”. Cantante de pocas palabras, el frontman de Las Pelotas irá más allá de la función fática en dos oportunidades. Una vez, para detener el show y pedirle a unos “no se peguen pelotudos”. Y otra, para desalentar el consumo de drogas: “Estoy cansado de enterrar amigos”.

Con “Personalmente” y “Será”, llegarían “Cuántas cosas” y “Las voces”, ambas del álbum Cerca de las nubes.

A esta altura, cualquiera que tuviera ganas de bailar, sólo tenía que correrse hasta los bordes de la masa central y dejarse llevar.

Y si bien es cierto que Las Pelotas no resiste su acervo musical, sino que lo visita con frecuencia, cada vez que el almanaque de desplomaba en el espacio de Brown y Francia, la nostalgia –a diferencia de otros shows– acusaba un número: 25 años.

Uno de esos quiebres fue el funk, con solo de trompeta, de “Hola qué tal”, precedido por una enorme versión de “Tucán” y “Si supieras”.

“Los mira desde el corazón de todos ustedes, además de desde el cielo”, fue la mención velada de Daffunchio al Bocha, antes de “La semilla”.

Tras “Esperando el milagro” vino “Sin hilo” y con él, se volvió a comprimir el tiempo para los jóvenes de hoy y aquellos que lo fueron; todos aunados en el cántico “uooo, las peló”.

Para los bises, que fueron dos, el coro se hizo grito –y pogo– con “Cuanto podrás amar”, “Movete”  y “Capitán América”

“Shine” fue el pelotazo final, con Pacho Chévez y su amónica. El músico rosarino es, a esta altura, uno más de las incursiones del grupo en la ciudad

Las dos horas de show estaban cerca de cumplirse y la sensación era parecida a la de otros recitales de la banda: Las Pelotas había logrado edificar una progresión sonora a partir de los cambios y las ausencias, en vez de mirarse el ombligo.

Algunos dirán “bueno, pero eso es lo que hace cualquier banda con historia”.  No siempre. No todos los grupos se permiten organizar climas y espacios sonoros mientras revisitan géneros a piaccere.

Con la presentación de este sábado en Rosario, Las Pelotas abre su gira 5x5 (25 años) que continúa en Buenos Aires y Córdoba.

La banda

Germán Daffunchio, en guitarra y voz; Gabriela Martínez, en bajo y voz; Gustavo Jove, en batería; Tomas Sussmann, en guitarra; Sebastián Schachtel, en teclados; y Alejandro Gómez, en vientos y percusión.