Carlos Tevez vive su peor momento desde que llegó al Corinthians de Brasil, equipo con el que fue campeón y figura en su primer torneo. Pero lo del Apache no se trata de un bajón futbolístico, sino de su relación con la hinchada del Timao, con la que entró en cortocircuito en los últimos días.

 

Pese a que el equipo está último en el Brasileirao y corre peligro de descender, Tevez prolongó sus vacaciones después del Mundial, razón por la cual demoró su reincorporación a las filas del Corinthians y faltó, incluso, en la derrota en el clásico ante el Palmeiras. Eso marcó un quiebre en el "idilio" que existía por entonces entre Carlitos y la torcida.

 

El ex delantero de Boca regresó este sábado con un gol ante Fortaleza y, con el 1-1 final, su equipo cortó una racha de seis derrotas consecutivas. Pero lejos del perfil bajo, Tevez prefirió festejar su tanto con una seña en que pedía silencio a la tribuna, desde donde habían llovido amenazas y críticas a los jugadores.

 

Carlitos corrió mirando al público y con el dedo índice tapando sus labios, seña que no cayó para anda bien en los hinchas, que ya no hicieron más aumentar su irritación con el argentino. 

 

"Si no cambia su actitud, lo mejor es que se vaya", salió ahora a decir Pulginha, el vicepresidente de la hinchada. Además de la intimación, el barra prometió visitar durante la semana el club, como modo de presión, e incluso amenazó con dirigirse a la casa de Carlitos si no se retracta.

 

El mismo Tevez ya había amenazado con irse tras el partido ante Fortaleza. “Si me lo piden los hinchas, yo me voy, no tengo problema”, arrojó en caliente, minutos antes de que al salir del estadio, la hinchada agarró a patadas su camioneta.