La actriz británica Liz Hurley y el empresario indio Arun Nayar se casaron ayer  en las arenas del desierto del Rajastán, después de tres días de fiesta en el selecto hotel Umaid Bhawan de la ciudad de Jodhpur, en el oeste de la India.

La pareja, que ya había contraído matrimonio según los cánones occidentales en el castillo inglés de Sudeley, dio, como es preceptivo en el rito hindú, siete vueltas alrededor del fuego, entre cantos de himnos védicos recitados por cinco sacerdotes.

Antes, Nayar había aparecido en el hotel encabezando una simbólica procesión matrimonial, vistiendo un inmaculado traje blanco típico de la región y sentado sobre una yegua de negro pelaje, a la que seguían diez caballos y dos camellos ricamente decorados.

Los turbantes naranjas y los atuendos rajastaníes, adaptados al calor del desierto, predominaron entre los asistentes, y hasta Hurley se decantó por un "lehanga-chuni", un vestido tradicional de la región.

Adornada con joyas doradas, Hurley, sin embargo, eligió el color crema para su vestido, una decisión poco habitual entre las novias indias, que prefieren el rojo.