A las 5.30 de la mañana la comisaría 14ª de Santiago del Estero recibió una llamada desesperada: del otro lado del teléfono un hombre denunciaba que había hallado a un ladrón escondido debajo de su cama al regresar del trabajo. Lo que no sabía, era el amante de su mujer.
El comisario Gustavo Roldán contó, entre risas, el curioso caso a A Diario, el programa que conduce Alberto Lotuf por Radio 2. “A esta altura no me sorprende nada, pero nunca me pasó algo así”, dijo el oficial.
Roldán explicó que tras el llamado, se envió un móvil al domicilio. En medio de las averiguaciones de rutina, la esposa del dueño de casa contó que el intruso, era en realidad una amigo de ella; el vecino, de hecho.
Mientras tanto, el “amigo” se hallaba maniatado dentro de la casa. Y es que al llegar al hogar –precisó el comisario– el hombre de 32 años fue alertado por su hija sobre la presencia de otra persona.
Ante la insistencia de la pequeña, su mujer de 28 años había tratado de tranquilizar a su marido aduciendo que la niña fabulaba y que era todo producto de una florida imaginación infantil. Pero al llegar hasta el dormitorio, la realidad se impuso: encontró debajo de la cama a su vecino, dos años mayor que él.
Confundiéndolo con un ladrón, le pidió a sus dos hijos varones que lo ayudaran a reducirlo e inmediatamente después se comunicó con la comisaría. El resto, ya es historia.
El comisario Gustavo Roldán contó, entre risas, el curioso caso a A Diario, el programa que conduce Alberto Lotuf por Radio 2. “A esta altura no me sorprende nada, pero nunca me pasó algo así”, dijo el oficial.
Roldán explicó que tras el llamado, se envió un móvil al domicilio. En medio de las averiguaciones de rutina, la esposa del dueño de casa contó que el intruso, era en realidad una amigo de ella; el vecino, de hecho.
Mientras tanto, el “amigo” se hallaba maniatado dentro de la casa. Y es que al llegar al hogar –precisó el comisario– el hombre de 32 años fue alertado por su hija sobre la presencia de otra persona.
Ante la insistencia de la pequeña, su mujer de 28 años había tratado de tranquilizar a su marido aduciendo que la niña fabulaba y que era todo producto de una florida imaginación infantil. Pero al llegar hasta el dormitorio, la realidad se impuso: encontró debajo de la cama a su vecino, dos años mayor que él.
Confundiéndolo con un ladrón, le pidió a sus dos hijos varones que lo ayudaran a reducirlo e inmediatamente después se comunicó con la comisaría. El resto, ya es historia.