Dos años lleva detenido Lino Bertuzzi, acusado de ser junto con su hermano –alojado en un psiquiátrico– los responsables de los ataques atribuidos en su momento al Loco de la Escopeta. Dos años pese a que jura y perjura que es inocente, y que “alguien va a tener que pagar” por esta injusticia de la que dice ser víctima.

Bertuzzi habló en la cárcel en la que está alojado, la Unidad número 11 de Piñeiro, con el periodista de Canal 3 Guillermo Brasca. Allí insistió que ni él ni su hermano participaron de los ataques, que sólo hay “indicios” en su contra, y que el policía que comandó las pesquisas es un jefe de Investigaciones recientemente separado del cargo por “extorsionar y armar causas”.

Tres procesamientos pesaban sobre los Bertuzzi, uno de ellos por el ataque a un colectivo que derivó en la muerte de Florencia Rubino, en el 2002. Este último procesamiento fue revocado por la Cámara de Apelaciones.

La detención de los hermanos se produjo luego de un ataque a un colectivo del estilo del Loco de la Escopeta en mayo de 2005 en el Viaducto Avellaneda.

La pista que condujo a los hermanos, que trabajaban de fleteros, es que tenían un camión similar al que un testigo dijo haber visto en la zona del ataque y una escopeta 12,70 con municiones. Pero los abogados defensores sostienen que el arma es muy común –se consigue en cualquier armería– y que para llegar desde el lugar del hecho a la casa en el tiempo fijado en la reconstrucción deberían haber pasado todos los semáforos en rojo.

Adrián Ruiz, uno de los abogados, explicó que él o los atacantes que durante 13 años burlaron a la policía y a la Justicia continúa haciéndolo, y “con la posibilidad de atacar nuevamente”.