Feni Rubio

Cuando una relación se termina no siempre son dos los que están de acuerdo en dar fin a la historia de amor. El no poder superar la situación, hace que muchos no encuentren una rápida salida a ese laberinto emocional que supone ya no sentirse amado por la persona con la que se compartió parte de la vida. Es así que el proceso de duelo por esa relación acabada muchas veces termina por convertir aquel amor en una obsesión que no siempre tiene el mejor final.


En la ciudad, dos casos de los que en la prensa se denominan "drama pasional" tuvieron lugar con pocos días de diferencia. El primero terminó con dos hombres internados en la unidad de cuidados intensivos del hospital Eva Perón de Granadero Baigorria después de una pelea que se desató entre un hombre de 38 años, actual pareja de una mujer de 36, con el ex novio de ella, que primero los increpó y después sacó un arma calibre 22 con la que disparó al menos cuatro veces. Dos tiros le pegaron en la cabeza, uno en la cara y otro en una mano. El agresor, de 48 años, se refugió en su casa, que está a metros del comercio. Allí intentó suicidarse.

El segundo caso terminó con un muchacho de 22 años internado también en grave estado luego de ser baleado por el ex marido de su actual pareja. En este caso, el joven fue interceptado por el agresor y discutieron, hasta que un disparo desde corta distancia en el abdomen le produjo severas heridas.

Ambos hechos tuvieron como protagonistas a hombres jóvenes, los actuales y los ex. El defender el amor perdido de una mujer al mejor estilo del viejo oeste, como si la opinión de ellas no fuera tenida en cuenta, como si la culpa fuera de terceros y no de los integrantes de la relación terminada. Como si con una bala el tiempo pudiera volver atrás y fortalecer el amor que no pudo ser. Nada más lejano.

Este tipo de violencia habla a las claras de una sociedad cuyos individuos suponen que los problemas del corazón se pueden dirimir a los tiros. Lamentablemente estas historias de amores frustrados no son las primeras ni serán las últimas. Variantes sobre este tipo de situaciones hay muchas: algunas las ponen a ellas como las que no pueden superar la ruptura, otras involucran incluso a los hijos. Todas, historias tristes de esas que llenan las crónicas policiales...

Pero qué hacer para quedarse con lo bueno de lo que fue un amor, con las risas, con las caricias, con el haber conocido a alguien que durante un tiempo fue especial y del que se aprendió para en relaciones futuras ser mejor. No hay recetas mágicas, solo el saber que la vida sigue, que el amor es un aprendizaje y que siempre, da revancha...