El barra brava canalla Luis Palavecino, definido como una especie de operador de la banda de Los Menores en el paravalanchas de Rosario Central, quedó en prisión preventiva este viernes luego de escuchar la acusación que lo señala como organizador de una asociación ilícita dedicada a un polirrubro delictivo. La evidencia en su contra lo ubica como un hombre de peso en la barra desde enero de 2025, luego del asesinato del capo de Los Guerreros Andrés “Pillín” Bracamonte y de su hombre de confianza, Daniel Attardo, en noviembre de 2024.

Tal como ocurre en las imputaciones por asociación ilícita, a Palavecino lo señalaron por actividades que se deducen de la interpretación de chats recuperados y fotos extraídas de teléfonos secuestrados, elementos de cargo que, en ocasiones, se complementan con tareas de campo y registros fotográficos. Aunque, vale aclarar, no le fueron secuestradas armas ni drogas.

“Su actividad consistió en la ejecución de operaciones violentas, la logística de armamento durante eventos deportivos en el estadio de Rosario Central y la consolidación de la influencia de la banda en el ámbito deportivo y territorial”, le reprochó el fiscal Luis Schiappa Pietra ante el juez Fernando Sosa.

El acusador sostuvo que Palavecino actuó como “nexo de comunicación, con conexiones directas con el resto de los organizadores, especialmente en la esfera de la violencia y la relación con la conducción de la barra brava”.

En ese marco, Palavecino está señalado como un hombre cercano a Alan “Pollo” Insaurralde, un prófugo de la estructura delictiva, y a Lautaro “Laucha” Ghiselli, el referente de la hinchada que ocupó la jefatura de la barra, al menos hasta su detención, en agosto. Para los fiscales, Laucha llegó a ocupar el lugar de Pillín Bracamonte con la anuencia y el apoyo del escurridizo Matías Gazzani, un joven que en el último lustro tuvo un ascenso estelar en el bajomundo delictivo, al punto de desplazar, a partir de alianzas con distintos actores del crimen, al clan Cantero y a la marca delictiva Los Monos del centro de la escena.

El lobby de Palavecino en la barra incluía la obtención de armamento para asegurar el poder de fuego y la entrega de entradas para otros miembros de la banda, “para asegurar el dominio de la conducción de la barra”, detalla la imputación.

Y, según los fiscales, también desplegó pintadas callejeras y murales, otro ámbito de disputa del espacio público, acaso secundaria para la investigación penal.

Parte de la evidencia que complicó a Palavecino y a su entorno surgió del análisis de un celular que personal policial le secuestró en febrero, durante un procedimiento de calle derivado de un llamado al 911 en Calasanz al 9300, en límite con Funes. En esa ocasión, por una denuncia de robo de una moto, nueve supuestos integrantes o allegados a Los Menores fueron demorados mientras circulaban en tres autos.

Palavecino y ocho demorados, en la Comisaría 12ª: el 15 de febrero le secuestraron un celular que le traería problemas.
Palavecino y ocho demorados, en la Comisaría 12ª: el 15 de febrero le secuestraron un celular que le traería problemas.

Del peritaje surgieron indicios de una disputa que involucró a Palavecino con un ex barra de Central vinculado a Los Pillines y a Los Monos, apartado del Gigante de Arroyito tras la caída de Pillín: Juan José “Juancito” Gómez, hoy preso por una causa de balacera.

Por “problemas en la cancha”, Juancito, según los chats, le había puesto precio a la cabeza de Palavecino, pero este se enteró de que estaba marcado gracias a un informante que le advirtió a tiempo. Luego, Palavecino intentó vengarse.

“Tenemos fierros para tirar para arriba, pero Juancito, el que andaba conmigo en la cancha, Juancito y Gamuza, los dos hermanitos esos, el de lentecitos, ese gil, está con Pollo Vinardi [ligado a Los Monos]; ahí lo andamos buscando, pero encima no se regala el gil”, fue uno de los mensajes de comienzos de año que dieron cuenta de los conflictos en el reordenamiento de la barra.

En el Paraje Echeverría

Palavecino, de 40 años, fue detenido el sábado 13 de diciembre en el paraje, o Cruce, Echeverría, un caserío ubicado en la intersección entre la A012 y la ruta 34, definido alguna vez como una especie de “triple frontera” entre las jurisdicciones de Ibarlucea, Luis Palacios y Ricardone.

De acuerdo con el acta de procedimiento de la Central de Inteligencia de Operaciones Especiales (Ciope), Palavecino fue localizado a partir del seguimiento a su hijo. Lo apresaron antes del atardecer, en una casa de fin de semana, cuando los detectives encubiertos lo vieron salir. Era el día de su cumpleaños número 40. Segundos antes de su aprehensión, el prófugo arrojó su celular al yuyal de un domicilio lindero que se encuentra en estado de abandono.

En la casa del Cruce Echeverría donde encontraron al fugitivo había otros dos personajes de interés para la investigación sobre Los Menores, amigos de Palavecino, según indicaron fuentes del caso. Aunque no tenían pedido de captura, sus teléfonos quedaron secuestrados. Uno de ellos lo acompañaba en febrero, cuando le incautaron el celular con mensajes comprometedores.

El diputado Carlos Del Frade se había hecho eco de denuncias vinculadas con actividades oscuras en el Cruce Echeverría, como la existencia de un histórico puerto seco donde se descarga cereal en negro, bajo la fachada de una pescadería, además de prostitución e inseguridad, en una suerte de tierra de nadie huérfana de jurisdicción.

Allí, en octubre de 2022, se mantenía prófugo y terminó asesinado el narco Oscar Alberto “Chueco” Godoy, mencionado entonces como proveedor de cocaína de bandas de Rosario y con contactos con mayoristas. Godoy y su hermano Josué, también asesinado, aparecen mencionados en la investigación seguida a Los Menores, sobre todo en los inicios de este grupo criminal, cinco años atrás, cuando comenzaba a vislumbrarse su control territorial en el barrio 7 de Septiembre. Ocurre que los hermanos Godoy eran primos de Marcos Caminos, quien terminó acribillado junto con su esposa y su bebé de un año en abril de 2022 en Colombia al 400 bis, un triple crimen con el sello de Los Menores.