Mediante un protocolo de inducción de tolerancia oral especialmente diseñado por profesionales del Servicio de Alergia del Hospital Clínico San Carlos en Madrid, un total de 80 pacientes pediátricos con alergia persistente al huevo y a la leche han conseguido tolerar estos alimentos.
En este protocolo se incluyeron pacientes mayores de 4 años en el caso de la leche y mayores de 5 años en el caso del huevo, que siguen un tratamiento de pocas semanas de duración: 4 en el caso de la leche y 5 para el huevo.
Este tratamiento se hace en régimen ambulatorio y consiste en la administración, de forma controlada, y siempre bajo supervisión médica, de cantidades progresivamente crecientes del alimento implicado hasta alcanzar la tolerancia al mismo.
A lo largo del proceso, los pacientes reciben la medicación necesaria para minimizar el riego de reacciones y se va retirando de forma progresiva tras alcanzar la tolerancia a las dosis máximas, que son 200 mililitros en el caso de la leche y una unidad entera en el caso del huevo.
Para mantener la tolerancia los pacientes deben ingerir un mínimo de 200 mililitros de leche al día sin un límite máximo y un huevo, en cualquiera de sus formas, al menos, tres veces por semana, es decir, realizando una dieta normal, sin restricciones.
El Servicio de Alergia del Hospital Clínico de Madrid cuenta con una unidad específica de alergias a alimentos donde el 58 por ciento de los niños atendidos presenta alergia a alimentos, siendo las más prevalentes el huevo (95 por ciento de los casos) y la leche (77 por ciento de los casos), seguido de alergia a frutas.
Por otra parte, ha participado en un estudio sobre la eficacia de una vacuna para tratamiento de la alergia a gramíneas en niños. Este estudio ha permitido validar los datos de seguridad, eficacia y el efecto inmunomodulador de esta vacuna que desde el año 2009 ya se comercializa en la Unión Europea y que ha demostrado ser eficaz y segura en niños a partir de los 5 años y en adolescentes.
Con esta vacuna, los pacientes han visto reducidos los síntomas oculares en un 37 por ciento, los nasales en un 25 por ciento, al tiempo que también se ha reducido el uso de medicación sintomática en un 65 por ciento.
La alergia más frecuente en niños es la causada por alimentos, que afecta hasta a un 8 por ciento de los menores de 3 años. Los alimentos que más alergia provocan son la leche y el huevo. La prevalencia de la alergia alimentaria, tanto en niños como en adultos, ha aumentado en los últimos años y, de hecho, entre 1992 y 2005 las consultas médicas sobre esta patología se han duplicado, según los datos de un estudio de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica.
Por ello, esta enfermedad supone un importante problema de salud pública ya que su diagnóstico implica hacer unas dietas muy restrictivas, al tiempo que genera una pérdida de calidad de vida tanto de los pacientes -niños en un alto porcentaje-, como de sus familiares, debido al riesgo de reacciones alérgicas que pueden llegar a comprometer la vida, ya sea por contactos accidentales o inadvertidos con los alimentos implicados.
Hasta hace poco tiempo el tratamiento de estas alergias consistía en mantener una "actitud expectante" esperando que el paciente alcanzase la tolerancia de forma espontánea y buscando, mediante el seguimiento clínico y el estudio de los parámetros inmunológicos, el momento idóneo para la introducción del alimento.
Según los especialistas, en el caso de la alergia a la leche de vaca la tolerancia se alcanza hasta en un 80 por ciento de los pacientes antes de los 4 años, pero en el 20 por ciento restante la alergia permanece hasta la edad adulta, pasando estos pacientes a presentar lo que se denomina "alergia persistente a proteínas de leche de vaca".
En el caso del huevo ocurre algo similar y la tolerancia espontánea la alcanzan alrededor del 60 por ciento de los enfermos antes de los 5 años.
Fuente: Sociedad Española de Medicina Estética
En este protocolo se incluyeron pacientes mayores de 4 años en el caso de la leche y mayores de 5 años en el caso del huevo, que siguen un tratamiento de pocas semanas de duración: 4 en el caso de la leche y 5 para el huevo.
Este tratamiento se hace en régimen ambulatorio y consiste en la administración, de forma controlada, y siempre bajo supervisión médica, de cantidades progresivamente crecientes del alimento implicado hasta alcanzar la tolerancia al mismo.
A lo largo del proceso, los pacientes reciben la medicación necesaria para minimizar el riego de reacciones y se va retirando de forma progresiva tras alcanzar la tolerancia a las dosis máximas, que son 200 mililitros en el caso de la leche y una unidad entera en el caso del huevo.
Para mantener la tolerancia los pacientes deben ingerir un mínimo de 200 mililitros de leche al día sin un límite máximo y un huevo, en cualquiera de sus formas, al menos, tres veces por semana, es decir, realizando una dieta normal, sin restricciones.
El Servicio de Alergia del Hospital Clínico de Madrid cuenta con una unidad específica de alergias a alimentos donde el 58 por ciento de los niños atendidos presenta alergia a alimentos, siendo las más prevalentes el huevo (95 por ciento de los casos) y la leche (77 por ciento de los casos), seguido de alergia a frutas.
Por otra parte, ha participado en un estudio sobre la eficacia de una vacuna para tratamiento de la alergia a gramíneas en niños. Este estudio ha permitido validar los datos de seguridad, eficacia y el efecto inmunomodulador de esta vacuna que desde el año 2009 ya se comercializa en la Unión Europea y que ha demostrado ser eficaz y segura en niños a partir de los 5 años y en adolescentes.
Con esta vacuna, los pacientes han visto reducidos los síntomas oculares en un 37 por ciento, los nasales en un 25 por ciento, al tiempo que también se ha reducido el uso de medicación sintomática en un 65 por ciento.
La alergia más frecuente en niños es la causada por alimentos, que afecta hasta a un 8 por ciento de los menores de 3 años. Los alimentos que más alergia provocan son la leche y el huevo. La prevalencia de la alergia alimentaria, tanto en niños como en adultos, ha aumentado en los últimos años y, de hecho, entre 1992 y 2005 las consultas médicas sobre esta patología se han duplicado, según los datos de un estudio de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica.
Por ello, esta enfermedad supone un importante problema de salud pública ya que su diagnóstico implica hacer unas dietas muy restrictivas, al tiempo que genera una pérdida de calidad de vida tanto de los pacientes -niños en un alto porcentaje-, como de sus familiares, debido al riesgo de reacciones alérgicas que pueden llegar a comprometer la vida, ya sea por contactos accidentales o inadvertidos con los alimentos implicados.
Hasta hace poco tiempo el tratamiento de estas alergias consistía en mantener una "actitud expectante" esperando que el paciente alcanzase la tolerancia de forma espontánea y buscando, mediante el seguimiento clínico y el estudio de los parámetros inmunológicos, el momento idóneo para la introducción del alimento.
Según los especialistas, en el caso de la alergia a la leche de vaca la tolerancia se alcanza hasta en un 80 por ciento de los pacientes antes de los 4 años, pero en el 20 por ciento restante la alergia permanece hasta la edad adulta, pasando estos pacientes a presentar lo que se denomina "alergia persistente a proteínas de leche de vaca".
En el caso del huevo ocurre algo similar y la tolerancia espontánea la alcanzan alrededor del 60 por ciento de los enfermos antes de los 5 años.
Fuente: Sociedad Española de Medicina Estética


