Pedro Robledo

El público de la penúltima noche de Cosquín, que fue numeroso aunque no se colmó la plaza, fue en su mayoría integrado por jóvenes. Las propuestas de Arbolito y Los Tekis con la Bersuit fueron las más esperadas de la noche.

La coplera salteña Mariana Carrizo con su canto con caja marcó el inicio de otra extensa noche de Festival. Cuando ingresaba Marcelo Iribarne, uno de los locutores, todo hacía suponer que llegaba el final para su presentación. Sin embargo, el presentador se prestó a un duelo coplero con la cantora del Valle Calchaquí que encantó a la plaza.

Jairo tuvo un espacio menor este año. Con "Zamba por vos" (Zitarrosa) y "La olvidada" (Yupanqui-Hermanos Díaz), propuso un breve homenaje a los creadores de estas canciones. La figura de Leonardo Favio volvió a ser tributada (Leo Dan le había dedicado un espacio): cuando el cordobés de Cruz del Eje regaló su versión de "Ella ya me olvidó".

Profesional como nadie, Jairo no reclamó por su escaso tiempo ni en el escenario ni en el diálogo con la prensa después del show.

Convivieron propuestas diferentes, todas con la misma aceptación. La exquisita Marita Londra, entrerriana radicada en San Luis, cantó temas de "Enamorada de más", el disco que le produjo Jorge Marziali.

El estridente formoseño Lázaro Caballero consiguió encender la plaza con su propuesta bien festivalera y se anotó en la puja por los premios.

La banda de rock Arbolito (así se auto-definen), preparó el clima para lo que vendría luego con Los Tekis. La potencia del sonido del grupo que fusiona folklore y rock espantó a los plateistas más veteranos y despertó la inmediata adhesión de la mayoría.

El cordobés Pablo Lozano, Los Carabajal y la riojana Bruja Salguero, con sonidos más calmos, ofrecieron un respiro.

A las 3.35 la intensidad del volúmen se disparó. Arrancaba el imponente show de Los Tekis. El grupo jujeño, artista central de la noche, arremetió con una furiosa versión de "Marcha de la bronca", una de las letras del rock con color musical folklórico que forma parte de "Rock and Tekis", su última placa.

Despojados de cualquier tipo de prejuicios, la banda que en los 90 saltó de la Peña de César Isella al Festival Mayor cuando aún transitaban la adolescencia, mixturó varios géneros. "Imillitay" comenzó como un tinku, rozó el cuarteto e inclusive sonó fugazmente como un reggae. En "Llorar, llorar", originalmente un huayno, sonó una cumbia, pero faltaba un tema que dispararía la polémica.

En la historia de Cosquín ha habido canciones cantadas en otros idiomas, las que traen las Delegaciones invitadas. Pero nunca sucedió que un grupo folklórico se atreviera a cantar un tema en inglés.

Los Tekis provocaron el debate sin proponérselo cuando ofrecieron su versión de "Don´t le me down", obra de Los Beatles con la imagen en pantalla de Lennon. Hicieron la segunda parte del tema en lengua quechua, lo que no terminó de disolver las discusiones ni mucho menos.

Para muchos, Los Tekis están a punto de perder el rumbo con la excusa de ir a la búsqueda de otros públicos y de dar rienda suelta a sus sentimientos e ideas. Para otros, solamente se trata de una etapa del grupo y de hacer notar las influencias recibidas.

En el final de la primera parte del show, ingresaron los invitados. Dani, Cóndor, Pepe y Oski de la Bersuit sumaron sus voces en dos cumbias: "El cucumelo" y "Tomo".

En la segunda parte vendría lo mejor. Ya distendidos y habiendo superado el desafío de hacer rock en un escenario de folklore, invitaron a visitar Tilcara en febrero para celebrar el carnaval.

Huayno, sayas y carnavalitos, lo que mejor les sale, sonaron auténticos y sólidos.

La Bersuit regresó para "Como has hecho", un clásico de Tekis y el show culminó con "Cariñito", ya instalados estética y musicalmente en sus orígenes.

A las 6.30 el locutor despidió al centenar de asistentes que se quedó para ver a Mónica Abraham, la artista más destacada del último tramo, ya con la mayoría de la gente refugiada en las peñas.

Hoy, además de la presentación de Nocheros, se conocerán los premios de esta edición. Entre los rosarinos expectantes para el Premio Revelación están los integrantes de La Biaba, orquesta de nuestra ciudad que ganó el Pre-Cosquín y que tuvo un paso importante por el festival.

Para el Premio Consagración, en el cual el aplauso del público es fundamental, ya suena el jujeño Bruno Arias, pero habrá que aguardar hasta la medianoche para confirmarlo.