Para hacerle frente al frío hay que abrigarse pero también alimentarse bien para subir las defensas y estar fuertes ante los riesgos de resfríos y gripes.

Y como nadie quiere perder la silueta, existen una serie de alimentos que permiten combatir las bajas temperaturas sin engordar. La nutricionista Mariela Cardozo dio una serie de consejos al respecto que fueron reproducidos por Télam.

Frutas y vegetales de estación, carnes magras -sin grasa-, pollo, pescados, cereales integrales, legumbres, lácteos descremados, huevos, frutas secas y semillas en cantidades necesarias son algunos de los alimentos recomendados por la especialista.

“La única diferencia entre el invierno y las demás estaciones es que podemos modificar la manera de cocinar los alimentos con el fin de crear preparaciones que nos brinden más sensación de saciedad (nos sentimos más 'llenos')”, explicó.

Algunas de ellas pueden ser sopas caseras, cazuelas, guisos preparados con poco aceite, cortes magros de carnes o pollo, variedad de vegetales, budines, tortillas y suflé de vegetales light. “No hay que utilizar manteca, ni frituras, ni queso rallado para su elaboración”, recomendó.

También se pueden incluir infusiones: té, tisanas, caldos caseros, mate, café y de vez en cuando chocolate caliente, preparado con leche descremada y cacao amargo. “Las bebidas calientes aportan sensación de saciedad y ayudan a regular la temperatura corporal”, destacó.

Lo que desaconsejó Cardozo son las sopas comerciales en todas las versiones. “No son recomendables especialmente en personas con problemas de presión alta, ya que el contenido en sodio (sal) que poseen es elevadísimo”, indicó.

¿Qué comer para aumentar las defensas? “La estructura de nuestras células de defensa o anticuerpos están formadas principalmente por proteínas, por lo cual este grupo de alimentos no puede faltar en nuestro plan de alimentación”, respondió.

Las proteínas las podemos encontrar en carnes vacunas, pollos, pescados, cerdo, huevos, lácteos y en menor cantidad en legumbres, semillas y frutos secos. También es clave incorporar más vitamina C, que encontramos en naranja, pomelo, limón, manzana, kiwi, morrón verde, brócoli, entre otros.