Semanas atrás se conoció el caso de un paciente norteamericano que llegó a un hospital con una dolorosa infección bajo el labio inferior. Al ser atendido por un médico, confesó que la enorme herida se la había provocado por reventarse un grano... con una herramienta de carpintería. Sin llegar a casos extremos como este, sacarse una espinilla puede resultar a veces muy peligroso.

En el caso de este hombre se constató que padecía blastomicosis, una infección que se produce al inhalar las esporas de un hongo que está presente en la madera en descomposición. Hasta ahora se han registrado sólo unos 50 casos similares en todo el mundo, pero no hay que confiarse.

Los demartólogos señalan que la piel está llena de bacterias y al reventar un grano uno se autoinflinge una pequeña herida, generando una vía de entrada para las mismas. De esta forma, se corre peligro de sufrir una infección con graves consecuencias, según consignó el sitio Quo.

La zona más vulnerable es la que se encuentra entre los lados de la boca y el puente de la nariz, ya que allí las vías de drenaje del rostro comunican directamente con el sistema nervioso, por lo que una infección en casos extremos podría ser mortal.

Y en el mejor de los casos, podría quedar una fea cicatriz. Por eso se recomienda seguir el consejo de los abuelos y mejor, no tocarse los granos.