La Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), que mantiene ocupada la capital de ese estado, anunció  que replegará su protesta, mientras que los maestros dijeron que regresarán a clases tras cinco meses de paro.

La APPO indicó que se retirará de los edificios públicos que ocupó en los últimos meses y evitará enfrentarse a las tropas federales enviadas por el presidente de México, Vicente Fox, para restablecer el orden.

El dirigente de la APPO Zennen Bravo dijo que se están retirando "de las barricadas y de los edificios públicos para pasar a otra táctica de lucha con la movilización pasiva".

"En el momento que avancen las fuerzas federales nos vamos a replegar para no dar ocasión a un enfrentamiento", dijo el dirigente de esta plataforma social.

La APPO convocó también a toda la ciudadanía oaxaqueña a participar mañana a las 14.00 hora local (20.00 GMT) en una marcha que partirá del monumento a Juárez, situado a unos ocho kilómetros al oriente de la ciudad.

El objeto de la demostración es exhibir "la fuerza" del movimiento e insistir en la salida del gobernador Ulises Ruiz, indicó Sosa, quien subrayó que la "APPO no se rinde ni se vende".

Roberto Lucero, otro dirigente de la APPO, señaló que el movimiento respalda el diálogo con la Secretaría de Gobernación (Ministerio del Interior) pero "no acepta" el ultimátum lanzado por el Gobierno, en el que exigió a los manifestantes desalojar de "inmediato" las calles y edificios que mantienen tomados.

El líder manifestó que la APPO tiene la plena disposición de ir a la Ciudad de México "mañana si hiciera falta" para regresar a la mesa de negociación con la Segob.

Por su parte, dirigentes de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que integran unos 70.000 maestros, acordaron esta noche el regreso a clases el próximo lunes tras cinco meses de paro.

El líder de la Sección 22, Enrique Rueda Pacheco, hizo el anuncio del regreso a clases en la capital mexicana tras concluir una reunión con el Secretario de Gobernación (Interior), Carlos Abascal.

El conflicto en Oaxaca comenzó el 22 de mayo pasado con una huelga del magisterio local y se radicalizó el 14 de junio con un fallido intento policial de desalojo, lo que derivó en que varias organizaciones sociales que crearon la APPO se unieran al movimiento de protestas y exigieran la salida del gobernador, Ulises Ruiz.

El líder de los maestros precisó que el regreso a clases está condicionado a que la Secretaría de Gobernación (Segob) libere el próximo lunes a cuatro profesores detenidos.

Asimismo, los maestros exigen la cancelación de todas las órdenes de aprehensión giradas por las autoridades contra los miembros del sindicato, aunque este tema será revisado por los equipos jurídicos de la Sección 22 y del Gobierno, explicó el líder magisterial.

El Gobierno y los educadores acordaron además que un funcionario de la Secretaría de Educación federal se haga cargo de manera "transitoria" del servicio educativo en el estado.

Sin embargo, Rueda Pacheco insistió en que la exigencia principal de los maestros continúa siendo la renuncia del gobernador estatal, Ulises Ruiz, algo que a su juicio "no es negociable".

Los docentes condenaron la presencia en Oaxaca de los miembros de la Policía Federal Preventiva (PFP), que llegaron hoy a la ciudad por vía aérea, y la calificaron como una decisión "unilateral" de Fox.

El secretario de Gobernación, Carlos Abascal, manifestó al término de su reunión con los maestros, que la fuerza pública en Oaxaca sólo estará presente "el tiempo que sea necesario" y que no busca apoyar a ninguna de las partes en conflicto sino lograr el "restablecimiento" del orden.

Abascal se encargó de reiterar su compromiso de "contribuir a la reforma del estado de Oaxaca" y de avanzar por la vía del diálogo y la concertación.

No obstante, precisó que el empleo de la fuerza pública es un "recurso legítimo" que no implica "en ningún caso" coartar la libertad de expresión ni el derecho a la manifestación de las personas.

Abascal lanzó además una advertencia a Ulises Ruiz y dijo que la insistencia para el funcionario es "que respete el estado de derecho y que respete plenamente el estado de derecho que se conduzca con prudencia y responsabilidad".

El viernes la violencia en Oaxaca alcanzó el límite tras la muerte de cuatro personas, entre ellas un periodista estadounidense.