Una investigación que se realizó sobre 100 familias concluye que el 6% de las madres de adolescentes que padecen trastornos de la alimentación (bulimia y anorexia) también los han sufrido anteriormente.

 

El trabajo, realizado por Íñigo Ochoa, de la Facultad de Psicología de la Universidad del País Vasco y publicado en revista del Colegio Oficial de Médicos de Madrid, reflej a que un 6% de las madres con hijas anoréxicas poseía antecedentes de la enfermedad y un 3% de bulimia. Además, un 21,4% había padecido obesidad y un 34% siguió alguna dieta. La mayoría de ellos ha convivido en silencio con estos trastornos. Sin apoyo social o sanitario. Hace unos años no existía la posibilidad de descolgar un teléfono y recibir asistencia psicológica.

 

"Las enfermas necesitan acudir a terapia durante muchos años y la demanda de atención es mayor que la oferta. No todas las familias pueden pagar una consulta semanal. Tampoco se entiende que, a sabiendas de la influencia que tienen la publicidad y los medios de comunicación en el desarrollo de la patología, todavía sigamos asistiendo al bombardeo continuo de cuerpos perfectos", confiesa una adolescente que padece anorexia.

 

Aunque la anorexia y la bulimia han estado ahí siempre, la llegada de la cultura de la delgadez las ha convertido en epidemia. Los trastornos de la alimentación han aumentado vertiginosamente en los últimos 30 años. Hoy afectan a entre el 4% y el 5% de los adolescentes y jóvenes  y a un 6% de los universitarios.

 

"La edad media de inicio de la enfermedad sigue estando entre los 10 y los 12 años en el caso de la anorexia y entre los 16 y los 20 para la bulimia. No obstante, y al igual que en los últimos años nos hemos encontrado con un aumento de los casos masculinos, también está creciendo el número de mujeres adultas (a partir de los 30 años) que están cayendo en la enfermedad", aclara Enrique Berbel, psicólogo clínico en ADANER-Madrid (Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y Bulimia).

 

Fuente: El mundo