Los controladores de vuelo militares de Brasil que se habían amotinado retomaron sus actividades esta madrugada, luego de seis horas de huelga que generaron caos en los aeropuertos, a partir de que el gobierno aceptó incluirlos en el plan de desmilitarización de la actividad.

La huelga de los controladores de vuelo causó caos en 49 aeropuertos de Brasil, donde miles de personas pasaron la noche del viernes y madrugada del sábado sin poder subirse a un avión, protestando contra empleados de las líneas aéreas.

"El gobierno, después de haber amenazado, terminó retrocediendo", dijo el abogado de los controladores, Normando Augusto Cavalcante Junior -citado por la agencia Ansa-, tras una reunión de emergencia con el ministro de Planificación, Paulo Bernardo.

El presidente Luiz Lula da Silva -que estaba en vuelo durante la crisis rumbo a Estados Unidos para reunirse con George W. Bush- ordenó a Bernardo negociar en Brasilia con los controladores, ante la peor crisis aérea desde 1963.

La decisión de Lula se dio luego de que el ministro de Defensa, Waldir Pires, dijera que el gobierno no iba a negociar y que se iba a comenzar a desmilitarizar la actividad del control aéreo civil.

La renuncia de Pires fue reclamada por sectores de la oposición a causa de los problemas en e los aeropuertos brasileños que ocurren desde hace seis meses, pero el presidente Lula debió ratificarlo públicamente.

El punto más crítico de la crisis fue la torre de control de Brasilia, Cindacta 1, donde estaba acuartelados 120 controladores.

La Fuerza Aérea tenía mandato de prisión para 18 sargentos insubordinados, pero el presidente Lula, llamando al vicepresidente José Alencar pidió detener las sanciones y negociar porque el tema es de "seguridad nacional".

Los controladores de vuelo quieren el cese de lo que llaman "persecuciones", mejoras salariales y de condiciones laborales y ser incluidos en el futuro control aéreo que estará bajo el mando civil.

La crisis de los aeropuertos tuvo en la noche del viernes su punto máximo desde que se inició, el 29 de setiembre pasado, con el choque en vuelo de un avión de pasajeros Gol y el jet privado Legacy, sobre la selva amazónica.

El Legacy, averiado, logro aterrizar pero el Gol cayó y todos sus 154 ocupantes murieron, accidente en el que según las informaciones de la investigación tuvieron responsabilidad algunos controladores aéreos, dado que las aeronaves viajaban a la misma altura.

Esta mañana la situación en los aeropuertos continuaba caótica, con atrasos de hasta cinco horas en las salidas. Los principales problemas se registraban en los aeropuertos de Brasilia, Rio de Janeiro, San Pablo y Curitiba.