A partir de este lunes, Argentina contará con sólo un barco regasificador. Los buques de este tipo son utilizados para importar gas y fortalecer la oferta durante los picos de demanda, generalmente en invierno. El presidente Mauricio Macri sacará de funcionamiento el de Bahía Blanca.

"Este barco es símbolo del despilfarro", dijo Macri, con el barco a su espalda. Y aclaró, no por el servicio prestado, sino por las decisiones que llevaron a necesitarlo: "La mentira que se quiso instalar que la energía era gratis. Y que como el aire, podíamos consumir todo lo que quisiésemos y que no se iba a acabar, y como siempre la mentira tiene patas cortas".

"Este barco vino por un invierno y se quedó diez años", destacó y señaló que el gasto que supuso todo este tiempo, unos 40 mil millones de pesos, habrían sido suficientes para construir un gasoducto entre Neuquén y Rosario. 

Según publicó La Nación, además del costo del GNL importado, los costos de uso del barco regasificador durante estos años sumaron 1.262 millones de dólares que el Estado pagó por su alquiler y operación.

Los barcos regasificadores convierten el gas natural licuado proveniente de los buques metaneros –donde está en estado líquido– a su estado gaseoso para ser inyectado a la red nacional para su distribución.

En junio de 2008 amarró en Bahía Blanca el primero de estos buques y tres años después lo hizo uno similar en el puerto de Escobar que inyecta gas al cordón urbano de Buenos Aires y que por ahora seguirá en funciones.