A apenas cinco horas de la sanción, el gobierno nacional anunció que el presidente Mauricio Macri votó la ley que frenaba los aumentos de tarifas de los servicios públicos.

La oposición convirtió en ley en el Senado, con 37 votos a favor de la norma y 30 en contra, el proyecto que retrotrae el valor de las tarifas a noviembre del año pasado. El presidente Mauricio Macri había dejado el veto listo anoche y esta mañana lo firmó, según anunció el jefe de Gabinete, Marcos Peña.

La votación en el Senado, que se realizó a las 3 y 20 de la madrugada, significó una derrota para el gobierno nacional y una señal fuerte del peronismo, que pudo mostrarse unido. 

El oficialismo se aferró a denunciar el alto costo fiscal que tendrá la iniciativa, que calificó de ilegal e irracional, y a reivindicar el veto de Macri.

Los intentos del oficialismo por partir al peronismo fueron en vano. De hecho, la oposición había fortalecido sus números con la presencia de la santiagueña Ada Itúrrez (Frente Cívico), de quien se había dicho que no iba a asistir por problemas de salud, y el nuevo cambio de postura del neuquino Guillermo Pereyra (MPN).

Además de retrotraer las tarifas a sus valores de noviembre último, el texto impulsado por la oposición limita los futuros aumentos de los servicios públicos a la variación de los salarios, eleva de dos a tres salarios mínimos (casi 30.000 pesos) el universo de hogares alcanzados por la denominada tarifa social y ordena la devolución de los incrementos cobrados por las empresas.

Los discursos opositores fueron duros y apocalípticos: "Cómo no va a haber emergencia si hay gente que no puede cumplir con lo básico; esto no va a terminar bien", aseguró José Mayans (PJ-Formosa) en el inicio del debate, quien cuestionó "la brutal transferencia de fondos al sector privado" que lleva adelante el Gobierno a través de su política de tasas altas por las letras del Banco Central (Lebac).

Desde el oficialismo, apuntaron a responsabilizar de la ofensiva opositora a supuestas intenciones electorales de Cristina Kirchner y Sergio Massa . "Están seguros del veto, tienen conciencia de los efectos negativos, por eso avanzan", se quejó Gladys González (Pro-Buenos Aires).

El jefe de la bancada peronista, Miguel Angel Pichetto, replicó que "este es un mensaje político para el gobierno".

"El presidente tendría que dejar de decir eso de que nos conduce la señora (por Cristina Kirchner). A mí no me conduce la señora ni me conduce Massa, eso es una tontería", remarcó.