Pedro Robledo

Ante un auditorio compuesto por público de la lírica y del teatro, Norma Aleandro encarna a María Callas en Master Class, la obra que rescata clases magistrales en las cuales se filtran rasgos de la intensa vida de esta enorme cantante.

La soprano de origen griego es un personaje que atrae ambos públicos. Su figura cautiva a partir de su prolífica carrera artística y prolonga el interés cuando se indaga sobre los avatares de su agitada vida privada.

Por este motivo, la tarea interpretativa lograda por Norma Aleandro toma dimensión y eleva su labor a un nivel superlativo.

Master Class, obra en dos actos escrita por el dramaturgo norteamericano Terrence Mc Nally, pone la lupa en las célebres clases dictadas por María Callas en Nueva York entre 1971 y 1972.

El ingreso a escena de Norma Aleandro provoca un sostenido aplauso que precede a un profundo silencio solicitado por el personaje que se prepara para recibir a sus alumnos, entre los cuales se incluirá al sorprendido público que imaginariamente será parte de las primeras situaciones.

En este tramo inicial, se muestra el rígido carácter de la cantante que se apoya en la certeza de los beneficios del rigor y la disciplina, elementos claves y fundamentales en la carrera de una cantante lírica.

Precisamente, para certificarlo, en el marco de una serie de clases magistrales, la obra cuenta de manera cruda las sucesivas etapas de inicio, apogeo y decadencia de María Callas.

Si bien Norma Aleandro magnetiza y atrae permanentemente la atención, el elenco incluye excelentes intérpretes como Lucía Silva y Lucila Gandolfo en el rol de cantantes-alumnas.

Uno de los altísimos momentos musicales lo protagoniza el tenor Marcelo Gómez cuando interpreta con solvencia "Recóndita armonía", aria de Tosca, efizcamente acompañado por el pianista Santiago Rosso, quien realiza un impecable apoyo musical durante toda la obra.

Las numerosas anécdotas de vida permiten descubrir sus sentimientos y exteriorizar su temperamento. En un contexto de rigidez y de constantes referencias a sus enemigos y detractores, Norma Aleandro en la piel de María Callas agrede con ironía y matiza con humor su encendida defensa.

Entre sus enemigos, con nombre propio, incluye a Onassis y a los periodistas de la época a quienes les retruca aquella opinión de que "la Callas destruye la sensibilidad de los cantantes".

Pero también se ocupa de rescatar y mencionar con afecto a Franco Zeffirelli, LuchinoVisconti y, muy especialmente, a Giovanni Meneguini, su primer amor.

La voz de María Callas se escucha en off en fragmentos de la puesta produciendo en el público, que se percibe entendido, momentos de tensión y de disfrute.

La puesta avanza cronológicamente hasta llegar a sus últimos días en donde asoma la decadencia de su voz, afectada por los dramas personales.

El hondo drama que genera el abandono de Onassis y la pérdida de su gran voz, es un segmento en donde Norma Aleandro muestra magistralmente las debilidades del personaje que en la última parte de la obra admite su severidad y se deja increpar por la alumna.

Master Class, con una enorme labor de todo el elenco, tiene un mensaje contundente, el cual reinvindica la virtud del arte de embellecer el planeta y además es una excelente oportunidad para re-descubrir a "La divina" María Callas, una cantante que hoy es un faro para el universo de la lírica.