El Barcelona perdió y es noticia. Pero el dato de color de la derrota por 2-1 en Glasgow, ante el Celtic por la Champions, fue que Lionel Messi pudo anotar y dedicarle así el primer gol a su recién nacido hijo Thiago.
El equipo escocés se impuso por 2-1, por la cuarta fecha de la fase de grupos de la Liga de Campeones de Europa. La Pulga marcó el descuento sobre el final pero no le alcanzó el Barsa, que hasta allí perdía por los goles de Victor Wanyama en el primer tiempo y Anthony Watt en los últimos minutos.
El equipo catalán buscaba ganar para afianzarse en el grupo y además para igualar el registro del equipo de Louis Van Gaal en la temporada, el único que logró ganar los primeros cuatro juegos del torneo, pero no sumó puntos, aunque sigue puntero con 9 puntos (tres victorias y una derrota).
El Celtic se acomodó segundo con 7, mientras que lo siguen el Benfica de Portugal (4) y el Spartak Moscú (3). Este último será el próximo Rival del Barcelona, el próximo 20 de noviembre.
Festejo con poco entusiasmo
La Pulga no celebró su tanto con un chupete, como algunos esperaban, pero se llevó el dedo a la boca para dedicar el gol a su recién nacido hijo Thiago, y luego se persignó. Lo hizo sin estridencias y mientras un compañero recogía apurado la pelota para agilizar el juego y buscar un empate agónico que no llegó.
Antes, el crack rosarino señalaba siempre el cielo con las dos manos, para agradecer a su abuela fallecida, quien lo llevó por primera vez a jugar al fútbol en Rosario.
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