Investigadores de la Universidad de Southampton podría haber encontrado un remedio natural frente a las infecciones bacterias. Según los investigadores, incluso a bajas dosis, la miel de abeja pueden frenar la actividad y el crecimiento bacteriano, en concreto las denominadas biopelículas o capas delgadas pero resistentes en las que se acumulan los microbios y que se adhieren a cualquier superficie incluyendo el plástico. Los resultados, publicados en la revista "Journal of Clinical Pathology" y comunicados en el sitio abc.es, plantean la posibilidad del uso potencial de la miel en los pacientes portadores de dispositivos médicos, como catéteres urinarios, que conllevan un alto riesgo de infección.

Se calcula que en el mundo cada año se venden más de 100 millones catéteres urinarios, que se utilizan para drenar la vejiga de la orina, y hasta uno de cada cuatro pacientes hospitalizados pueden tener que usar un catéter. Sin embargo, el uso a largo plazo se asocia con complicaciones frecuentes, como la inflamación y la infección.

La miel se ha utilizado durante siglos como un antiséptico natural para tratar quemaduras y heridas. Ahora, en este estudio se ha analizado su papel en dos bacterias comunes que pueden causar infecciones de orina y de la vejiga, E. coli y Proteus mirabilis. 

Los investigadores británicos han elegido un tipo determinado de miel, la miel de Manuka, una miel producida en Australia y Nueva Zelanda a partir del néctar del árbol de manuka y esperan que sus resultados puedan ofrecer una forma alternativa de prevenir las infecciones del tracto urinario. "Creemos que los pacientes también pueden beneficiarse de las propiedades anti-inflamatorias de la miel, que son generalmente más fuertes en mieles oscuras, como la de Manuka, y que la resistencia antibacteriana es poco probable que suceda cuando se usa la miel", señala el director del estudio, Bashir Lwaleed.