“Los tiempos están cambiando”, diría un tal Robert Zimmerman. Y si bien es cierto que cada vez hay más hombres que disfrutan de hacer compras mientras un número creciente de mujeres las aborrece, estos indicadores todavía no logran romper la tendencia.

El problema se genera cuando el plan de shopping se cumple en pareja y son ellos quienes padecen las dos, tres y hasta cinco horas de compras non stop.

Un usuario anónimo de Instagram descubrió, tras dos años de acompañar a su novia en interminables jornadas, que no sólo no era el único que padecía, sino que valía la pena hacer algo con ello.

Fue así que creó Miserable Men, un el perfil que captura  los sufridos y estoicos acompañantes que esperan fuera de los probadores, cargados con el saco el bolso y las bolsitas de los negocios.

La cuenta, que comenzó su actividad hace un año, supera los 49 mil seguidores y ofrece una dirección de correo para que cualquier otro miserable man pueda compartir con el resto del mundo las imágenes de su sufrimiento.