El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se disculpó ante Médicos Sin Fronteras (MSF) por el ataque aéreo de sus fuerzas contra un hospital de esa organización en Afganistán, que dejó 22 muertos, y prometió una investigación "transparente y objetiva" del escandaloso bombardeo.

Las disculpas de Obama llegaron horas después de que la organización médica, que denunció el ataque del sábado pasado en la norteña ciudad de Kunduz como "un crimen de guerra", pidió que se establezca, conforme a las Convenciones de Ginebra, una comisión humanitaria internacional que lo investigue.

La organización dijo que la investigación sobre el bombardeo, en el que murieron 12 empleados de MSF y 10 pacientes, debe reunir hechos y las pruebas de los Estados Unidos, la Otán y Afganistán, así­ como el testimonio de personal de MSF y los pacientes que sobrevivieron el ataque.

Sólo entonces MSF, fundada hace 42 años, considerará la posibilidad de presentar cargos criminales por la pérdida de vidas y la destrucción parcial de su hospital de trauma, que dejó a 300.000 afganos sin acceso a servicios de salud en Kunduz.

"Si permitimos que esto pase como si no hubiera ocurrido, entonces estamos dando un cheque en blanco a cualquier país en conflicto y diciendo que pueden hacer lo que quieran porque no serán responsables de nada", dijo la presidenta de MSF, Joanne Liu, en conferencia de prensa en Ginebra.

El ataque estadounidense ocurrió en medio de fuertes combates entre el Ejército afgano y milicianos del movimiento islamista talibán en Kunduz. Los insurgentes tomaron la ciudad la semana pasada durante algunos días, hasta que fueron echados por una ofensiva afgana-norteamericana lanzada el jueves pasado.

La conquista de Kunduz, aunque breve, fue la mayor victoria para los talibanes desde su derrocamiento, en 2001, por una coalición encabezada por Estados Unidos, así como un fuerte revés para el gobierno afgano del presidente Ashraf Ghani. 

El llamado

En Washington, el vocero de la Casa Blanca dijo que Obama llamó este miércoles a Liu y a su par Ghani para disculparse y transmitirles sus condolencias por lo ocurrido en Kunduz.

El portavoz, Josh Earnest, agregó que, durante la llamada a la presidenta de MSF, Obama garantizó que la investigación sobre el ataque que está realizando el Departamento de Defensa estadounidense será "transparente y objetiva".

Además, Obama se comprometió a estudiar las "reformas" necesarias para que este tipo de "tragedias" sean "menos probables" en el futuro, detalló Earnest, citado por la agencia de noticias EFE.

"Cuando Estados Unidos comete un error, asumimos la responsabilidad y nos disculpamos cuando es necesario", remarcó.

Más tarde, Liu dijo que MSF tomaba nota de las disculpas del presidente estadounidense por el bombardeo, pero explicó que insistió ante Obama en que respalde una investigación internacional sobre el el bombardeo.

"Hemos recibido hoy la disculpa del presidente Obama por el ataque contra nuestro hospital en Afganistán", dijo en una breve reacción la presidenta de MSF.

"Sin embargo, reiteramos nuestra petición para que el gobierno de Estados Unidos acceda a una investigación independiente liderada por la comisión humanitaria internacional para establecer lo que ocurrió en Kunduz, cómo ocurrió y por qué ocurrió", agregó.

MSF asegura que el 29 de septiembre habí­a informado tanto a las fuerzas estadounidenses como a las afganas de la localización exacta del hospital y que, incluso media hora después de avisar de las primeras bombas a los dos mandos, los proyectiles siguieron cayendo. 

Las versiones del gobierno de EE.UU.

El gobierno de Obama admitó ese día el ataque aéreo, pero cambió de versión varias veces.

Primero, el Ejército estadounidense informó que había sido un "daño colateral" al defenderse de los talibanes, después habló de un "trágico incidente" y anteayer el máximo mando militar en Afganistán, el general John Campbell, trasladó la responsabilidad a las Fuerzas Armadas afganas y dijo que habían sido ellas las que fueron atacadas y pidieron ayuda.

Luego, Campbell informó, "para que quede claro", que "fue una decisión de Estados Unidos, tomada dentro de la cadena de mando de Estados Unidos".

Además, el general comentó que, "basados en las condiciones sobre el terreno" en Afganistán, cree necesario ofrecer a Obama "opciones diferentes al plan actual", que contempla una reducción de los 9.800 soldados estadounidenses presentes en ese país a partir de mayo de 2016, con el mantenimiento de una fuerza residual en 2017.