Los médicos oftalmólogos de todo el país están en pie de guerra ante la aparición de "licenciados". Es que la Universidad Nacional de La Plata empezará a otorgar títulos profesionales que se superponen con los de los oftalmólogos. Subrayan el riesgo que existe para la salud visual de la población, dado que estos nuevos recibidos "no están capacitados". 

El Consejo Argentino de Oftalmología (CAO), institución que nuclea a todas las sociedades y cátedras de oftalmología argentinas y cuenta con más de 4 mil asociados en todo el país, emitió un alerta a la población en general sobre “el riesgo que correrá la salud visual de los argentinos, si queda en manos de quienes con el título de Licenciado en Óptica Ocular y Optometría, podrán examinarlos y prescribirles anteojos".

Este miércoles, se realizaba una reunión del Consejo Interuniversitario Nacional que podría autorizar a la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) a otorgar títulos de Licenciado en Óptica Ocular y Optometría, “cuyas incumbencias profesionales se superpondrán con las de los médicos oftalmólogos, en especial las que permiten examinar pacientes y prescribir soluciones ópticas”, señala el Consejo Argentino de Oftalmología en un comunicado.

“Esto significa en la práctica que personas que no cuentan con capacitación en medicina podrán atender a pacientes, examinarlos y prescribirles anteojos, aunque hacen la salvedad de que «en caso de que detecten algo fuera de lo normal, deberán derivar a los pacientes a un oftalmólogo»”, explicó a Rosario3.com, Gustavo Bodino, secretario general del CAO, y agregó que “médicos oftalmólogos de todo el país se reunirán frente a las puertas del Ministerio de Educación de la Nación para luchar por la salud visual de los pacientes.

“Nosotros entendemos esta iniciativa como una política educativa que tiene a favorecer las tecnicaturas y las carreras cortas, con el pretexto de bajar costos y de hacer que las carreras sean más accesibles a los estudiantes, pero no se tiene en cuenta que con esto no sólo se está avanzando sobre las incumbencias profesionales de los médicos oftalmólogos, sino que, principalmente, se está poniendo en riesgo la salud visual de la población”, sostuvo el profesional.

“Permitir que alguien que no es médico atienda y prescriba a los pacientes es tan peligroso como pedirle a un maestro mayor de obra que construya un puente, una tarea que incumbe a la tarea profesional de los ingenieros –ejemplificó–. Es de una enorme inmoralidad hacia los más humildes y carenciados que deben tener acceso a la salud como el resto de la población”, afirmó Bodino.

El CAO defiende el marco laboral de sus asociados y aclara que “no se trata de defender un interés corporativo o económico, sino de respetar un principio filosófico. El que quiere participar de la salud, debe ser médico”, aseveran desde la institución.

La tarea de un optómetro

“El optómetra se forma en la facultad de Ciencias Exactas, no en Medicina, y no está capacitado para decidir qué es normal y qué es anómalo” –afirma el CAO– ya que no está capacitado para decidir qué es un ojo sano y qué no. Basta con chequear el plan de estudios de esta carrera técnica para comprender que no han sido capacitados médicamente". Y graficó: "Es como pensar que los médicos estamos capacitados para fabricar un microscopio, un telescopio o un osciloscopio por el simple hecho que los usamos”.

El comunicado difundido por el Consejo Argentino de Oftalmología advierte que “el médico oftalmólogo es el único profesional capacitado para decidir qué es normal y qué es patológico. Para alcanzar ese estadio, se ha formado durante un mínimo de 6 años en una facultad de medicina y ha realizado luego una residencia de 4 años, acompañado por docentes preparados para capacitar a futuros oftalmólogos”. En cambio, los nuevos licenciados solo cursan 5 años en total.

“El 90 por ciento de las consultas que recibe el oftalmólogo se concretan luego de que los pacientes detectan trastornos visuales y deciden acudir a un médico. En esta instancia, es primordial que reciban atención de un profesional capacitado para detectar “enfermedades silenciosas” como el glaucoma (presión de ojos), las retinopatías (diabetes, hipertensión arterial, degeneración macular senil, tóxica), estrabismo (ojos cruzados), tumores y muchas otras, que dañan la visión y muchas veces pueden terminar en ceguera o en la muerte, como sucede por ejemplo en el caso del retinoblastoma”, aclara el texto.

En caso de aprobarse las incumbencias del nuevo título de optómetra, “personas que no tienen formación médica podrán encargarse de realizar esa primera consulta. El problema reside en que está comprobado que los pacientes no vuelven a chequear su visión hasta que detectan nuevos indicios de trastornos visuales. En el lapso entre ambas consultas –insisten– sus ojos pueden estar sufriendo los efectos de alguna enfermedad que no es posible detectar si no se cuenta con la capacitación específica para diagnosticarla”.

El Consejo Argentino de Oftalmología le recuerda que el tratamiento de las enfermedades humanas, su detección, prevención y la protección y promoción de la salud son objeto de la Medicina y, que de acuerdo a la Ley 17.132, el Médico Oftalmólogo es el único profesional con la capacitación suficiente para realizar esta tarea dentro de su área de incumbencia.