El pasado lunes 27 de mayo comenzó en Rosario el rodaje de la película El Negro Olmedo, una biopic  que recupera los primeros años del humorista en el mundo del espectáculo hasta su muerte.

El rodaje se extiende por dos semanas en la ciudad, y luego el quipo se traslada a distintos puntos de la costa argentina, hasta hacer pie en el Caribe para filmar “una escena muy especial”,  según adelanta el director, Mariano Olmedo.

“Es una película de época muy grande En Rosario estamos recreando las décadas del ’40 y 50”, explica el realizador, en el marco de una conferencia de prensa que se realizó el último miércoles, en el hotel Presidente de la ciudad, y en la cual dialogó con Rosario3.com.

En el marco de la entrevista, el realizador reveló que el guión escrito por su hermano Marcelo, tuvo cinco reescrituras hasta llegar a la versión definitiva.

“Marcelo escribía sketches para mi papá y Hugo (Sofovich). Este guión lo escribió hace mucho tiempo, después editó un libro sobre él (El Negro Olmedo. Mi viejo)  y, finalmente, hacemos la película. Le pedí que me lo diera con la condición de que me dejara filmarlo. Y así fue. En octubre del año pasado, comenzamos a trabajar”, completa.

La elección de Martín Bossi como Alberto Olmedo llegó a las pocas semanas. “Yo tenía mi propio casting de tres actores, y entre ellos estaba Martín. Para mí no es un imitador, es un actor, y tiene mucho hambre del gol”, explica el hombre que pasó por todos los puestos detrás de cámaras hasta llegar a su propia película.

“Le di el libro en diciembre y le dije: «Si te gusta, podemos llegar a laburar juntos». Se emocionó tanto como cuando lo leí por primera vez”, recuerda.

— ¿Que sentís al filmar la historia de tu papá?

— Y, era mi viejo. Es genial. Es emoción y alegría; todo junto. Más allá de que soy un profesional de esto, trabajé tanto para otros que a esta película la trabajo para mí. Es una oportunidad que no me quiero perder. Hago una película para entretener, sin dejar ningún mensaje.

Al término de la charla con Mariano Olmedo, Martín Bossi accedió a responder algunas preguntas

— Te llega el doble desafío de interpretar a Alberto Olmedo, por una parte, y por otra, es tu primer protagónico en cine ¿Cómo lo vivís?

—  Me encontré con un hombre mayor que yo, que transitó otras cosas; pero también con muchos puntos en común. Un hombre de barrio, como yo; que tuvo un padre ausente, yo lo perdí de chiquito; y un hombre amante de sus amigos, de su pueblo. Encontré todos esos puntos en común. Y después está la parte de investigación, que me mostró un mundo muy rico, de mucha reflexión, alegrías y angustias

— Dijiste que parte de esa investigación fueron sus amores, ¿También sus desamores?

— Sí, toda su vida, -sostiene entre risas-. Aunque sus amores también fueron sus desamores, en algún punto, o te diría, etapas de su vida. Así veo a las dos mujeres de este hombre divino, un atorrante, en el buen sentido, y un pedazo de nuestra cultura

— Es una película que muestra el detrás de escena del cómico. ¿Cómo te acercaste a su mundo cotidiano?

— Marcelo  y Mariano (Olmedo) me abrieron las puertas de su casa y de su familia. Y también de sus amigos y de las mujeres de Olmedo. Hasta conocí a su hermana Pelusa.

— Y eso estuvo abonado por material documental

— Hasta el hartazgo. Sobre todo hice un trabajo de deducción. Tuve que hacer un trabajo que va más allá de la investigación y de lo que te cuentan para saber cómo era Olmedo.

— Sos actor, pero la mayoría del público te conoce como imitador, de tu paso por Showmatch. ¿Cómo pensás que puede jugar esa situación con el hecho de “hacer de” otra vez?

— Mirá, nunca creo que haya imitado simplemente. Si te ponés a hilar fino, todo lo que hice en televisión es actuación o, en todo caso, es una rama de ella que se llama mímesis. La mímesis es un poco el comienzo de todo. En la pintura rupestre y en la música étnica ya estaba presente. La mímesis es robar almas y es lo que yo hago al actuar.  Van a ver mímesis.  No se estila mucho en Argentina hacer este tipo de trabajos pero se me ocurren como ejemplo Robert Downey Junior en Chaplin o Marion Cotillard en Piaf, los dos apelaron a la mímesis.

— En esa rama, además de la caracterización física y gestual, hay una impostación de la voz

— Sí, pero en este caso lo más importante es el mundo que le pongo a la película. Siempre construyo los personajes desde un lugar, le pongo un mundo interior.

— ¿Cómo te llego la oferta?

—  Me enteré por Manuel Wirtz. Me llama y me dice, «Che, los Olmedo me pidieron tu teléfono». Y yo dije, «esto es un chiste, ¿Yo Alberto Olmedo?»  Y así fue. Esto es como un sueño. Creo que siempre soñé con este papel. Siento que, sin querer, me preparé para esto  toda la vida

— ¿Cómo fue el encuentro con los amigos de Olmedo?

— Ayer (martes) me encontré con Chiquito Reyes. Yo estaba caracterizado y él me miraba. Tenía los ojos lagrimosos.

— ¿Y qué te dijo?

— «Qué hacés pibe». No me dijo mucho. En realidad, me hablaba de otra cosa, pero me miraba.

El actor revela, además, que el hecho de asumir este papel lo conectó con su padre: “´Él miraba mucho a Olmedo. Se reía mucho con No toca botón. Para mí Olmedo es un sociólogo. Porque, los sociólogos investigan cómo se comunican la sociedades. Y él nos mostró cómo somos.

El plan de Marcelo Olmedo  -que involucra a un equipo de más de un centenar de personas, entre técnicos y actores-  es estrenar la película el 25 de diciembre de este año aunque, explica, todo depende del mercado.