La argentina Paola Suárez perdió el encuentro de dobles mixtos que disputaba en compañía del zimbabue Kevin Ullet en la segunda ronda del Abierto de Estados Unidos frente a la estadounidense Liezel Huber y el británico Jamie Murray (7-5 y 6-4) para poner punto y final a la carrera de una de las mejores doblistas de los últimos tiempos.
La tenista sudamericana formó una pareja de leyenda con la española Virginia Ruano. Ambas dominaron gran parte del circuito en esta modalidad. Acumuló nueve Grand Slam entre los cuarenta y cuatro torneos que figuran en su trayectoria.
Sin embargo, los problemas físicos empezaron a condicionar su situación deportiva. Una lesión en la cadera impidió que la argentina pudiera completar el año pasado una temporada normal. Sólo disputó nueve torneos. No remontó el vuelo por culpa de una dolencia que surgió un año antes. Por eso decidió operarse y, después, su retirada.
"La cadera me mató definitivamente. Mi operación me desquició. Eso de querer volver y no poder. Eso fue lo que pudo conmigo y lo que impulsó mi retirada", dijo Suárez, que reconoció estar preparada para una vida sin el tenis.
"Sí. Creo que estoy preparada y madura para una vida fuera del tenis. Empiezo una vida nueva. Viajaré por placer y no por trabajo y podré formar una familia. Pero también disfrutar de lo que he hecho. Este año ya fue un retiro pausado y pude darme cuenta de lo que logré", expresó Suárez.
La raqueta de Munro, que llegó a obtener el número 9 individual y la semifinal de Roland Garros, reconoció que a sus 31 años se había cumplido un ciclo. Atrás quedan los momentos de gloria, una carrera brillante, con cuatro éxitos en el plano individual pero especialmente como jugadora de dobles.
"Hay muchas emociones en mi carrera. Pero sobre todo ganar el primer torneo con Virginia Ruano. Eso nos hizo ver hasta donde podíamos llegar y fue el origen de todo. Además, está la medalla olímpica, mi primer Grand Slam, el día de hoy....", recordó.
Suárez siempre tiene un lugar privilegiado para el torneo de Roland Garros. "Nunca podré olvidarlo. Me marcó en todo. Fue inolvidable. Lo gané en dobles y fui semifinalista en individuales y después logre entrar entre las diez primeras. Fue fantástico". Wimbledon queda en el lado opuesto. "Me faltó ese torneo. El único que no gané. Pero sería injusta si no fuera feliz por todo lo otro que logré".
En su última vuelta ni siquiera brilló en el torneo por parejas. Su objetivo era llegar a disputar el torneo de Madrid, con las ocho mejores del mundo. Pero no le alcanzó. En Nueva York emprendió el sueño en compañía de la italiana Roberta Vinci, pero perdieron en el primer partido contra la española Marta Marrero y la tunecina Selima Sfar.
"Una nunca imagina una carrera como esta. Ni de pequeña ni de mayor. Estoy orgullosa de lo que hice", concluyó la argentina.
Fuente: EFE
La tenista sudamericana formó una pareja de leyenda con la española Virginia Ruano. Ambas dominaron gran parte del circuito en esta modalidad. Acumuló nueve Grand Slam entre los cuarenta y cuatro torneos que figuran en su trayectoria.
Sin embargo, los problemas físicos empezaron a condicionar su situación deportiva. Una lesión en la cadera impidió que la argentina pudiera completar el año pasado una temporada normal. Sólo disputó nueve torneos. No remontó el vuelo por culpa de una dolencia que surgió un año antes. Por eso decidió operarse y, después, su retirada.
"La cadera me mató definitivamente. Mi operación me desquició. Eso de querer volver y no poder. Eso fue lo que pudo conmigo y lo que impulsó mi retirada", dijo Suárez, que reconoció estar preparada para una vida sin el tenis.
"Sí. Creo que estoy preparada y madura para una vida fuera del tenis. Empiezo una vida nueva. Viajaré por placer y no por trabajo y podré formar una familia. Pero también disfrutar de lo que he hecho. Este año ya fue un retiro pausado y pude darme cuenta de lo que logré", expresó Suárez.
La raqueta de Munro, que llegó a obtener el número 9 individual y la semifinal de Roland Garros, reconoció que a sus 31 años se había cumplido un ciclo. Atrás quedan los momentos de gloria, una carrera brillante, con cuatro éxitos en el plano individual pero especialmente como jugadora de dobles.
"Hay muchas emociones en mi carrera. Pero sobre todo ganar el primer torneo con Virginia Ruano. Eso nos hizo ver hasta donde podíamos llegar y fue el origen de todo. Además, está la medalla olímpica, mi primer Grand Slam, el día de hoy....", recordó.
Suárez siempre tiene un lugar privilegiado para el torneo de Roland Garros. "Nunca podré olvidarlo. Me marcó en todo. Fue inolvidable. Lo gané en dobles y fui semifinalista en individuales y después logre entrar entre las diez primeras. Fue fantástico". Wimbledon queda en el lado opuesto. "Me faltó ese torneo. El único que no gané. Pero sería injusta si no fuera feliz por todo lo otro que logré".
En su última vuelta ni siquiera brilló en el torneo por parejas. Su objetivo era llegar a disputar el torneo de Madrid, con las ocho mejores del mundo. Pero no le alcanzó. En Nueva York emprendió el sueño en compañía de la italiana Roberta Vinci, pero perdieron en el primer partido contra la española Marta Marrero y la tunecina Selima Sfar.
"Una nunca imagina una carrera como esta. Ni de pequeña ni de mayor. Estoy orgullosa de lo que hice", concluyó la argentina.
Fuente: EFE