Se huele. El perfume a futuro llegó hace poco a Prunelle, la fábrica de cosméticos en Soldini hoy convertida en cooperativa, cuando le fue otorgada su matrícula como tal. Ahora, los 15 trabajadores que sobrevivieron al cierre del laboratorio en septiembre de 2014, piden subsidios para arrancar la producción.

En diálogo con el programa Radiópolis (Radio 2) de Roberto Caferra, Ramón Arias, el presidente de la cooperativa, celebró que ya tienen matrícula de cooperativa. Se trata de un primer gran paso para seguir adelante, tras meses de lucha para resistir una fuente de trabajo que pareció desvanecerse cuando el laboratorio de cosméticos cerró sus puertas. “El dueño desapareció y subsistimos con el stock de la empresa y lo fuimos vendiendo todo, no podíamos elaborar lamentableme”, señaló.

La fábrica contaba con 34 empleados. De ese grupo, hoy 15 siguen de pie. “Nos quedamos con la marca después de que se dictaminara el quiebre. Faltaba la matrícula que ahora llegó”; contó entusiasmado. Sin embargo, todavía no es tiempo de descanso. Por el contrario, con las condiciones legales en orden, ahora precisan reunir fondos para dar el puntapié inicial.

“Son 2 o 3 millones de pesos que necesitamos para adquirir insumos y pagar el alquiler. Hay un deterioro de pintura y necesitamos la habilitación del Anmat que nos va a requerir un mantenimiento”, precisó. Luego, ahondó: “Tenemos todos los puestos cubiertos pero sin subsidio no podemos, la materia prima es muy cara, hay que ir arrancando de a poquito”.

Arias insistió en ese sentido: “Va a ser muy difícil empezar sin subsidios”. Según destacó, desde el gobierno nacional le sugirieron ir por esa vía ya que, de acuerdo a este planteo, están dadas las condiciones para obtenerlo.

En abril de este año, los trabajadores expusieron la necesidad de contar con ayuda económica para reiniciar la producción. Sólo consiguieron un aporte del senador provincial Miguel Lifschitz.