El juez Carlos Leiva rechazó en la mañana de este viernes liberar a un grupo de 14 policías que está imputado por la persecución fatal de Callao y Arijón, ocurrida el pasado 23 de junio. Todos seguirán en prisión. Cuatro de los acusados continuarán bajo arresto domiciliario.

Según resolvió el juez Leiva, 14 de los 18 policías involucrados en la persecución, en la que fallecieron Alejandro Emanuel Medina y David Ezequiel Campos, continuarán detenidos hasta el 13 de diciembre próximo. La defensa de los agentes solicitó la revocación de las prisiones preventivas y domiciliarias dispuestas a sus clientes. Además, ofreció cauciones y medidas alternativas. 

Del grupo de policías imputados, cinco mujeres policías tienen prisión domiciliaria. El resto cumple la medida en unidades penitenciarias. De los 18, sólo uno de ellos fue imputado –hasta el momento– por homicidio calificado por abuso de función. El resto, por el delito de encubrimiento doblemente agravado por la gravedad del delito y por su carácter de funcionario público. Ésta última situación fue considerada por Adrián Spelta, fiscal interviniente, como "pacto de silencio".

El doble homicidio ocurrió el 23 de junio en Callao entre Arijón y Cazadores, en la zona sudoeste de Rosario. La persecución, según las primeras informaciones que recibió en la escena del crimen el fiscal Adrián Spelta, se originó en Grandoli y Gutiérrez. Según la versión policial, las víctimas se escaparon de un control a bordo de un Volkswagen Up después de haber salido a bailar. Desde ese punto hasta Callao y Cazadores pasaron 35 minutos.

Siempre según el relato de los agentes, David Campos y Alejandro Emanuel Medina huyeron del control y una vez que chocaron contra un árbol dispararon contra los uniformados, que luego repelieron el ataque. En el interior del Volkswagen Up había dos armas de fuego. Pero, está claro, algo –sino todo– de esta versión no le cierra a la Justicia, que ordenó las detenciones e imputaciones de los policías.