Dos científicos argentinos convocaron a la ciudadanía a aportar datos para conocer detalles sobre la típica construcción. ¿Qué es lo que se sabe hasta ahora de la particular casita?

Biólogos argentinos se propusieron conocer a fondo el mecanismo de construcción del hornero, el pájaro que logra fabricar un nido con avanzados detalles. Para ello, piden la colaboración de la misma gente para que al ver estas típicas construcciones en la naturaleza, compartan información y apreciaciones al respecto.

De acuerdo a lo que publicó el diario El Ciudadano, los biólogos Nicolás Adreani y Lucía Mentesana iniciaron un estudio sobre el ave nacional que suele verse tanto en las ciudades como en el campo. Se desarrolla a través de un proyecto de ciencia ciudadana que busca recopilar datos a través de una aplicación y con ayuda de la sociedad para conocer detalles respecto a la construcción de su típico nido, así como también apuntan a eliminar la brecha entre el público y la comunidad científica.

Con sus 20 centímetros de longitud y sus 54 gramos, el Furnarius rufus (hornero) es una de las aves que se pueden reconocer con mayor facilidad, tanto por sus colores, como por su canto y, básicamente, por su particular nido construido de barro del cual aún no se ha hecho una investigación profunda. Se sabe sí, que usa barro, raíces, pajitas, estiércol o crin de caballo, y su pico es la única herramienta.

“El proyecto surgió desde la curiosidad. Los horneros siempre nos han llamado la atención. Es un ave que tiene comportamientos muy particulares como, por ejemplo, la defensa de su territorio o su canto. A su vez, se caracteriza por la complejidad de su nido, que es construido por ambos miembros de la pareja. Una de las cosas que más curiosidad nos da es saber si el comportamiento de construcción del nido es aprendido o no. Si miramos un nido de frente, observamos que algunos tienen la abertura a la derecha, mientras que en otros está a la izquierda. Es decir, hay una asimetría natural”, contaron los biólogos.

Construido durante entre seis y quince días, el afamado nido de hornero pesa entre cuatro y cinco kilos, puede soportar hasta 100 kilos y mantenerse firme a pesar del sol o las tormentas: pese a su resistencia, todos los años confeccionan uno nuevo y abandonan el viejo, que suele ser ocupado por otras especies que aprovechan la construcción.

Ante esa inquietud, el neuquino y la bonaerense decidieron llevar a cabo un proyecto de ciencia ciudadana, “una metodología de colecta de datos en la que cualquier persona de una comunidad coopera para recolectar información que permitirán responder una pregunta científica”: en este caso, la forma de hacerlo es a través de una aplicación de celular.

“Lo hicimos porque iba a enriquecer mucho más el trabajo por dos razones: desde el punto de vista científico, nos permite poder obtener información de muchísimos más lugares que si nosotros solos saliéramos al campo a juntar datos; y por otro lado, consideramos este proyecto como una gran oportunidad para acercar la ciencia a la sociedad”, explicaron los investigadores respecto a la metodología.

Diseñada por el programador Tomás Córdoba, la aplicación “Hornero” “está pensada para que personas de distintas edades con o sin experiencia en aves pueda participar”. La idea es que al observar un nido de este ave, los usuarios deben responder de qué lado está la entrada, la altura aproximada, el lugar y la zona en la que fue construido, entre otros detalles.

“Queremos estudiar si esta lateralización (de la puerta del nido) está influenciada o no por factores ambientales, como por ejemplo la temperatura, el viento o la lluvia”, indicaron Adreani y Mentesana, biólogos recibidos de la Universidad de Buenos Aires y actualmente haciendo un doctorado.

Originalmente pensado para estudiar la forma de construir el nido en la Argentina y Uruguay, la difusión de la iniciativa entre los amantes de las aves cruzó las fronteras: “Personas de distintos lugares del país, Uruguay, Bolivia y Brasil ya están subiendo datos, lo que significa que, gracias a la participación de la gente, vamos a poder conocer cómo es el comportamiento del hornero en distintos ambientes (zonas urbanas, rurales y naturales) a lo largo de un amplio gradiente longitudinal y latitudinal, así que estamos muy motivados con el proyecto”.

La iniciativa de Adreani y Mentesana cuenta con el apoyo de entidades como Aves Argentinas, Aves Uruguay y Aves Bolivianas, así como también de la Escuela Internacional de Investigación Max Planck de Biología Organismática.