Al enrarecido clima con la policía de la ciudad de Santa Fe – luego de que se registraran dos fugas de presos muy sospechosas, luego de las purgas masivas en la fuerza– se sumó una nueva situación que, al menos, despierta más interrogantes. Se trata del robo a la diputada provincial kirchnerista Patricia Gazcue, quien días antes había sido amenazada a través de llamados telefónicos, que tendrìan origen en una oficina policial. La noche del asalto se había retirado justo el patrullero que custodiaba la vivienda de la legisladora, casada con Carlos Carlozzi, un estrecho colaborador del gobierno nacional.

En contacto con A Diario, la periodista Ivana Fux informó sobre el robo en la vivienda de Gazcue, ubicada en Agustín Delgado 1740 de la capital provincial, ocurrido el miércoles pasado. El hecho todavía no quedó claro para la víctima y su familia.

Al parecer, el ladrón la agredió verbal y físicamente (le ató las manos) y sólo se llevó del lugar pequeños elementos de valor, una caja y la computadora personal en donde la diputada guardaba parte de su trabajo. En cambio, no le interesó el auto que estaba estacionado.

Más allá de lo ocurrido esa noche, la sospecha se acrecienta por el marco en el que se dio el robo. Hasta ese día, la kirchnerista tenía custodia policial debido a unas llamadas telefónicas recibidas en donde se la amenazaba. Una investigación determinó la procedencia: una oficina policial.

Las amenazas, se sospecha, estarían vinculadas a la presentación de un pedido de informe que junto a Héctor Acuña presentó la diputada en el que se exigen explicaciones por hechos delictivos que tuvieron lugar en la ciudad de Santa Fe.