Se fueron por las ramas. Santiago Uranga y un amigo planean unir Rosario con Alaska, nada más ni nada menos que en un Fiat 600. Sí, color rojo. Un pequeño bólido en el que recorrerán 22 mil kilómetros, a lo largo de los cuales, dejarás sus semillas. Literalmente. Plantarán especies arbóreas autóctonas a fin de despertar conciencia ambiental.

En diálogo con A Diario (Radio 2), Santiago contó cómo nació semejante idea. “El auto estaba mal de papeles, quería irme a Uruguya y me dijeron: “Vos con este te podés ir hasta Alaska. ¿Por qué no?, me pregunté y nos decidimos llegar allá con el Fiat 600”, sostuvo.

“No sabemos cuándo vamos a tardar en llegar, quizás un año. Vamos entre 60 y 90 (kilémetros por hora), de día y a las 11 cortamos. Por eso llevamos carpa, dos guitarras, una máquina fotográfica y lo puesto”, se rió y agregó soltando una carcajada: “Quizás Fiat nos banca”.

Pero no se trata de andar por andar. La travesía no sólo pondrá a prueba la máquina del mítico modelo sino que servirá para crear conciencia ambiental. “Vamos a dejar semillas de especies autóctonas a nuestro paso”, advirtió.

Facundo explicó que usarán el método del japonés Fukuoka que consiste en envolver la semilla en arcilla: “Sembraremos en postas, iremos tirando semillas para concientizar de la necesidad de plantar árboles”.

El desafío es prolongado: son 22 mil kilómetros, llueve o truene. ¿Aguantá el fitito? Santiago le tiene fe, hasta ahí: “Llevamos repuestos, y si se rompe, lo tiramos al mar”, bromeó. La vuelta, en auto, a pie o en quién sabe qué vehículo tendrá como coronación un acto en el Monumento a la Bandera. Habrá que esperar que el almanaque de la vuelta.