Ezequiel, un joven que este lunes volvía del trabajo en moto, presenció un robo en la zona oeste pero cuando quiso intervenir junto a otras personas no logró buenos resultados: terminó escapando de la agresión de un grupo de vecinos y familiares que salieron en defensa del ladrón y, para colmo, la policía nunca llegó “por un problema de jurisdicción”.

El muchacho circulaba por calle Pasco. En la intersección con Pascual Rosas vio que un chico rompía el vidrio de un auto manejado por una mujer y le sacaba la cartera. Entonces, junto a otros dos hombres que también andaban en moto por la zona, decidieron seguir al ladrón.

Lo alcanzaron cerca de la cancha de fútbol del club Pablo VI y lo retuvieron a la espera de un patrullero. “Llamamos al 911 pero el móvil no llegaba”, dijo Ezequiel en diálogo con el programa La primera de la tarde (Radio 2).

Mientras los tres hombres que mantenían atrapado a la espera de la policía, el chico comenzó a gritar y los vecinos de la villa cercana comenzaron a agredir a los improvisados justicieros.

“Salió gente de la villa a tirar con cosas, uno tenía un palo y nosotros tuvimos que irnos”, agregó el testigo del robo.

Agregó que a las dos cuadras se encontró con un móvil policial –que identificó con el número 4330– y cuando se quejó porque no había ido al lugar de los hechos, un policía le contestó que no le correspondía porque no era su jurisdicción.

“Qué sentido tiene hacer una obra de bien si la gente que se tiene que ocupar de esto no está. Nos terminamos jugando la vida nosotros y la verdad que no valió la pena”, concluyó Ezequiel.