La playa de Copacabana amaneció hoy con 3.000 bolsas de plástico negro tendidas sobre montículos de arena, que evocaban al número de muertos que ha dejado la violencia en el estado de Río de Janeiro en lo que va de este año.
La protesta fue organizada por la organización no gubernamental "Río de Paz", que desde enero pasado se manifiesta al menos una vez por mes contra la creciente inseguridad en el estado, cuya capital es la ciudad de Río de Janeiro, una suerte de "meca" del turismo en Brasil.
Anteriormente, este grupo había sembrado la playa de flores o de cruces, y sus integrantes se habían tendido sobre la arena con los rostros sucios de pintura roja, emulando la sangre de las víctimas.
"Río de Paz" está integrado por familiares de personas que han perdido la vida en asaltos o por las "balas perdidas", proyectiles sin rumbo producto de los constantes enfrentamientos entre la policía y las bandas del narcotráfico que controlan las barriadas más populares de la ciudad.
El propósito de "Río de Paz" es llamar la atención de la sociedad y exigir acciones contundentes contra la inseguridad, que según las encuestas, es uno de los principales problemas en Brasil.
Durante la segunda quincena de julio, las tasas de violencia en Río de Janeiro bajaron drásticamente, debido a una gran operación policial y militar dirigida a garantizar la seguridad durante la celebración de los Juegos Panamericanos.
Sin embargo, desde el pasado domingo, cuando concluyó el evento, la vasta operación policial fue relajada y la violencia recrudeció, al punto de que este miércoles fueron hallados en una camioneta estacionada frente a una estación de tren siete cadáveres acribillados a balazos.
Según el estatal Instituto de Seguridad Pública, el año pasado se registraron en el estado de Río de Janeiro 6.326 homicidios, de los cuales 4.539 fueron cometidos con armas de fuego.
En lo que va de este año, según el grupo "Río de Paz", la cifra de personas asesinadas ha llegado ya a 3.000, pese a que las medidas de seguridad han sido reforzadas, incluso con tropas de un cuerpo de elite de la Fuerza de Seguridad Nacional, una policía militarizada que depende directamente del gobierno federal.
La protesta fue organizada por la organización no gubernamental "Río de Paz", que desde enero pasado se manifiesta al menos una vez por mes contra la creciente inseguridad en el estado, cuya capital es la ciudad de Río de Janeiro, una suerte de "meca" del turismo en Brasil.
Anteriormente, este grupo había sembrado la playa de flores o de cruces, y sus integrantes se habían tendido sobre la arena con los rostros sucios de pintura roja, emulando la sangre de las víctimas.
"Río de Paz" está integrado por familiares de personas que han perdido la vida en asaltos o por las "balas perdidas", proyectiles sin rumbo producto de los constantes enfrentamientos entre la policía y las bandas del narcotráfico que controlan las barriadas más populares de la ciudad.
El propósito de "Río de Paz" es llamar la atención de la sociedad y exigir acciones contundentes contra la inseguridad, que según las encuestas, es uno de los principales problemas en Brasil.
Durante la segunda quincena de julio, las tasas de violencia en Río de Janeiro bajaron drásticamente, debido a una gran operación policial y militar dirigida a garantizar la seguridad durante la celebración de los Juegos Panamericanos.
Sin embargo, desde el pasado domingo, cuando concluyó el evento, la vasta operación policial fue relajada y la violencia recrudeció, al punto de que este miércoles fueron hallados en una camioneta estacionada frente a una estación de tren siete cadáveres acribillados a balazos.
Según el estatal Instituto de Seguridad Pública, el año pasado se registraron en el estado de Río de Janeiro 6.326 homicidios, de los cuales 4.539 fueron cometidos con armas de fuego.
En lo que va de este año, según el grupo "Río de Paz", la cifra de personas asesinadas ha llegado ya a 3.000, pese a que las medidas de seguridad han sido reforzadas, incluso con tropas de un cuerpo de elite de la Fuerza de Seguridad Nacional, una policía militarizada que depende directamente del gobierno federal.