Según la Organización Mundial de la Salud, entre 1990 y 2013, el número de personas con depresión o ansiedad ha aumentado en cerca de un 50%; de 416 millones a 615 millones. Cerca de un 10% de la población mundial está afectado; además, los trastornos mentales representan un 30% de la carga mundial de enfermedad no mortal. Las emergencias humanitarias y los conflictos aumentan la necesidad de ampliar las opciones terapéuticas. La OMS estima que durante las emergencias 1 de cada 5 personas se ve afectada por la depresión y la ansiedad.

A su vez, el Banco Mundial afirma que por cada US$ 1 invertido en la ampliación del tratamiento de la depresión y la ansiedad, rinde US$ 4 en mejora de la salud y la capacidad de trabajo, según un nuevo estudio dirigido por la OMS en el que se estiman por primera vez los beneficios tanto sanitarios como económicos de la inversión en el tratamiento de las enfermedades mentales más frecuentes en el mundo. El estudio, publicado en 2016 en The Lancet Psychiatry, aporta argumentos sólidos para aumentar las inversiones en servicios de salud mental en todos los países, independientemente de su nivel de ingresos.

Rosario3.com fue en busca de la opinión de un especialista, el doctor Ernesto Yoldi quien de este modo se refería al tema: “la ansiedad es el mal nuestro de esta época. La vivimos todos ya que el estilo de vida que nosotros creamos nos lleva a sufrir más de la ansiedad. Más estímulos, más ruidos, más medios de comunicación a nuestro alcance. Leía en un artículo que los adolescentes pasan 12 horas al día con el celular en la mano. Ahí tenemos un elemento generador de ansiedad; es una conexión que no tiene descanso; sin pausas; chats, Facebook, Google; etc.

La ansiedad adquiere relevancia no sólo por el sufrimiento que causa en las personas sino, visto desde el punto de vista médico,  por las comorbilidades que trae aparejado la ansiedad en la vida de las personas.

¿Podemos decir que una persona tiene ansiedad y que tiene una crisis de ansiedad? ¿Podemos decir que está estresada? ¿Cómo se pueden diferenciar estos diferentes escalones de la ansiedad?

En realidad, se solapan. Existe el llamado eustrés que es el estrés “normal”; quien lo describió al estrés dijo que hay un nivel basal de estrés que es imprescindible para la vida, y también está el distrés que marcaría la sobrecarga o aumento desmedido de esas influencias que generan, entre otras cosas estados de ansiedad.

Muchas veces las personas confunden estados de estrés intensos por crisis de pánico; lo que es muy frecuente. Los síntomas son muy parecidos, aunque las causas, muchas veces, sean diferentes.

En psiquiatría debemos estar atentos ya que nos enfrentamos con síntomas que se solapan, apareciendo en diferentes trastornos que pueden llegar a confundir.

El estrés es un gran generador de sintomatología ansiosa. A lo que hay que agregar los diferentes estímulos que vivimos a diario. Estímulos auditivos y lumínicos que pasan vertiginosamente hace que el estrés aumente en nuestra cotidianeidad; en muchos casos desencadenan síntomas en los que la ansiedad se hace presente.

¿Qué relación tienen el ataque de pánico con la crisis de ansiedad?

Es lo mismo; sólo que ha cambiado la nomenclatura. En un momento irrumpe presentándose con una sensación en el paciente de muerte inminente, taquicardia, sudoración, mareos, falta de aire. Se trata de una situación desesperante para el que la vive. Es angustiante; la persona cree que se va a morir; no sabe qué es lo que le está pasando; se confunde con sintomatología que puede remitir a enfermedades cardíacas.

Como los psiquiatras entendemos de qué se trata, lo primero que hacemos es tratar de aliviar los síntomas con medicación lo más rápido posible ya que, le repito, el paciente lo vive como un momento desesperante.

¿Por qué frecuentemente, personas con estos síntomas, consultan al cardiólogo?

Generalmente la primera consulta es con el cardiólogo. Si la persona pasa los 25 años, le manifiesta su sensación que aparenta síntomas cardiológicos como sensación de muerte inminente, falta de aire y dolor de pecho. Después de hacerle la historia clínica y revisarlo, en la misma entrevista, el cardiólogo direcciona al paciente hacia el especialista que puede atender ese malestar.

Dr. Ernesto Yoldi, médico psiquiatra | Mat. 10356 | Alvear 1768 | Rosario