Sin cárcel efectiva en la condena para el Indio Blanco. Un nuevo fallo de la Justicia provincial revisó la pena para Juan Carlos Enrique Cabrera, el ex dueño del cabaret Las Rosas, y con "una excepción a la ley" redujo la sanción impuesta.

Cabrera fue condenado en abril pasado junto a su ex mujer y una encargada del hotel lindero con el célebre bar de Callao al 100, en Pichincha, por explotación económica y facilitamiento de la prostitución de mujeres mayores de edad.

La sanción original para el Indio Blanco fue de 4 años y medio, y de seis meses menos para las dos mujeres. Esa pena implicaba una condena efectiva pero este martes la Cámara Penal la revisó y la redujo, según informó El Ciudadano.

En la audiencia, tanto la fiscal de Cámaras como la defensora oficial de los imputados presentaron un acuerdo. Para la Justicia no cabe dudas que el delito se configuró pero, a los fines de la pena, la prisión implicaría una sanción netamente punitiva “sin tener en cuenta el fin resocializador”, señaló la nota .

Los jueces evaluaron que Cabrera ya no desarrolla una actividad al margen de la ley (ahora tiene un negocio gastronómico con su ex). También que la causa se inició previo a la reforma de la ley que fijó el delito por el que fueron condenados y los allanamientos al bar y el hotel se produjeron después de su sanción. Así, entendieron desproporcionado e injusto aplicarles una pena efectiva, tras cinco años de proceso.

La Cámara propuso una perforación del piso que fija la escala penal (una excepción a la regla) y echaron mano al máximo de la pena de la ley anterior, que es de tres años. Para la encargada pidieron la absolución. El acuerdo fue admitido por los camaristas, con dos votos a favor y una abstención.

La Rosa era un cabaret que contaba con un hotel en la planta alta. Fue una de las whiskerías más conocidas y visitadas de la ciudad y el Indio Blanco, una suerte de figura emblemática.

El local ofrecía shows eróticos, copas y servicios sexuales. Los últimos se consumaban en el hotel que estaba sobre el bar, con un ingreso lindero, donde una de las acusadas, la Gringa, se encargaba de cobrar los pases a los clientes antes de consumar el servicio. El 50 por ciento de los pases y las copas quedaban para Cabrera y el otro 50 por ciento para las trabajadoras.

Cabrera fue condenado por el juez de Sentencia Edgardo Fertitta a la pena de 4 años y 6 meses de cárcel. La decisión fue apelada y el caso quedó en manos de los camaristas Georgina Depetris (en la presidencia), Guillermo Llaudet y Carina Lurati. Este martes tuvo lugar la audiencia de revisión y la defensora oficial Florencia Chaumet y la fiscal de Cámaras María Eugenia Iribarren presentaron un acuerdo.