Otto Neuman robó 150.000 libras en efectivo y varios lingotes y monedas de oro del Erste Bank en el que trabajaba como gerente en 1993. La totalidad de oro fue recuperado y destinado a compensar a la entidad financiera, en tanto que el dinero fue retenido en el Ministerio de Justicia. Ahora, como todas las deudas fueron cubiertas, un tribunal dispuso que le devulevan el dinero al ladrón.

Parece complejo pero tiene su lógica. Cuando Neuman comenzó a experimentar dificultades financieras, reclutó a dos amigos para llevar a cabo un robo falso en la entidad bancaria del distrito Doebling de Viena y ,así, quedarse con el botín.

Pero Neuman fue descubierto y detenido. La Policía  pudo recuperar 51.000 libras -un tercio del total- y los lingotes de oro. El resto del dinero había desaparecido. El metal fue para la compañía de seguros que ya había pagado al banco por el ilícito, en tanto que el dinero terminó en manos del Ministerio de Justicia austríaco.

Tras conocerse este dato, Herbert Eichenseder, abogado de Neuman pidió que se le devuelva el dinero robado por su cliente al mismo.

¿Cómo? El banco consideró que no tenía ningún derecho sobre el dinero porque ya había sido compensado. Por su parte, la aseguradora señaló que la transacción no le había reportado pérdidas porque el valor alcanzado por el oro había cubierto los gastos.

De esta manera, el dinero fue transferido a la cuenta de Neuman, quién recuperó el dinero que había robado hace 19 años.