El ministro de Defensa Agustín Rossi lanzará oficialmente este sábado a la mañana su candidatura a presidente en el Patio de la Madera rosarino; ese mismo día por la tarde, otro presidenciable también desembarcará en la ciudad. Daniel Scioli acompañará el Rockea Buenos Aires que promete sacudir la plaza del “Che” Guevara con las presentaciones de Cielo Razzo y Nonpalidece, una forma también de comenzar a posicionarse en la provincia.
Lejos de incomodarse, el ministro señaló que es “razonable” que ahora afloren tantas parcialidades al interior del peronismo con las mismas intenciones de ocupar el sillón de Rivadavia. Por un simple motivo, porque “la única capaz de englobar a todos” no puede renovar su mandato. Esto es, la presidenta Cristina Fernández. Así, Rossi observó que hay muchos dirigentes pero sólo un liderazgo que, aclaró, continuará después de 2015.
“Los liderazgos no tienen fecha de vencimiento, los que tienen fecha de vencimiento son los mandatos –apuntó–. Los liderazgos son construcciones que van mas allá de la política, son construcciones sociológicas y culturales, y ese lugar lo tiene ganado Cristina con creces”.
En tal sentido, el ministro se definió como un precandidato que buscará continuar con el proyecto iniciado con Néstor Kirchner en 2003, a sabiendas que el liderazgo “seguirá siendo” de la actual mandataria, “la única (figura) fuerte, que nos engloba y conduce a absolutamente todos”.
Las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatoras (Paso), llamó la atención, servirán para definir cuál de aquellas parcialidades es la que mas consenso tiene.
Consultado sobre quién podrá ser esa prenda de continuidad en la provincia, Rossi apuntó que el candidato a gobernador será definido por la dirigencia justicialista santafesina, esto es, si logra la pretendida unidad que declama. De lo contrario, advirtió, el Frente para la Victoria, presentará un nombre propio.
Finalmente, se refirió a la actualidad rosarina, marcada por numerosos hechos de inseguridad y violencia. El ministro lamentó que, pese a sus mejores esfuerzos, cuando advirtió sobre lo que venía, nadie lo escuchara o le adjudicaran dobles intenciones.
“Comparto el dolor de los rosarinos, de los familiares de las víctimas, no como ministro, sino como ciudadano de Rosario que hace 30 años caminaba sin problemas” por esas mismas calles que hoy se convirtieron en escenas del crimen.


