Finalmente, y como todos los años para esta fecha, Sandro salió a la puerta de su casa de Banfield para saludar al numeroso grupo de fanáticas (y fanáticos) que se agolparon frente a su domicilio para festejar con él su cumpleaños número 61.

Cerca de las 15, el Gitano se asomó y agradeció a sus "muñecas" por el tiempo de espera: estuvieron dos días aguardando este momento. "Me hace muy feliz que hayan venido", les dijo el artista.

Cada año, a mediados de agosto, se renueva el ritual gitano. Las fanáticas de Sandro acamparon en las inmediaciones de la casa que su ídolo tiene en Banfield a la espera de que el cantante salga para saludarlas. Este año no fue la excepción. En las vísperas del cumpleaños número 61 de El Gitano, muchas de sus "nenas" esperaron ansiosas que el cantante les permita festejar juntos su aniversario.

No importó el frío, no importó el día que caiga, tampoco importó en su momento que Sandro estuviera demasiado mal como para salir a saludar (fue el año pasado, cuando el "festejo" se pasó para noviembre). Las fanáticas son fieles y hace años que respetan la tradición de matarse por ser las primeras en saludar al ídolo.

Las más obsesivas llegaron hace una semanas, con carpas. Otras en las últimas horas, con reposeras. También hay hombres, pero son los menos. Lo concreto es que la casa ubicada en la calle Beruti al 200 está rodeada de una marea humana que toma mate, come facturas y canta canciones de su ídolo.

Esta vez, las nenas festejaron por partida doble. Es que aunque no suele realizar muchas apariciones públicas, Sandro estuvo ante las cámaras el lunes pasado, cuando recibió en el Senado de la Nación la distinción Domingo Faustino Sarmiento en reconocimiento a su dilatada trayectoria musical, en el marco de una ceremonia multitudinaria.