Son 400 kilómetros en los que no hay dónde detenerse ante cualquier necesidad, y por eso los gobiernos de Santa Fe y de Córdoba se unieron para presentar un reclamo conjunto para que se construyan áreas de descanso en la autopista que une Rosario con la capital mediterránea. Elevaron una nota formal a la Dirección Nacional de Vialidad.
Con el objetivo de “mejorar la seguridad vial”, ambos estados provinciales solicitaron a dicho organismo que, “de manera urgente, articule las medidas necesarias tendientes a habilitar zonas de descanso, con o sin servicios” en el mencionado tramo de la ruta 9.
El pedido fue formulado de manera conjunta por la Agencia Provincial de Seguridad Vial de Santa Fe y la Secretaria de Coordinación Interjurisdiccional de Córdoba, debido a la ausencia de áreas de descanso a lo largo del trayecto. Sólo se encuentra en obra un espacio de servicios generales a la altura de la ciudad cordobesa de Leones, a 160 kilómetros de Rosario.
“Esta situación obliga a los usuarios a continuar su viaje, a pesar de la disminución gradual de la capacidad de atención para la conducción. Y en algunos casos se registran detenciones de automovilistas en banquinas o zonas de caminos, con los riesgos y consecuencias que ello implica” indicaron desde la Agencia santafesina.
“El objetivo de este pedido es lograr una disminución en la siniestralidad vial de la autopista Rosario-Córdoba, asumiendo que la lucha contra la inseguridad vial es una tarea cotidiana de todos los organismos del Estado, tanto nacional como provinciales”, anuncia el comunicado.
Conducción segura
Un elevado porcentaje de los hechos de inseguridad vial tienen su origen en la imprudencia de los conductores. También influyen la fatiga, el cansancio y el letargo, factores que constituyen un peligro mayor cuando una persona continúa conduciendo estando agotada.
En el caso de la autopista Rosario-Córdoba se registran despistes sin colisión previa (con y sin lluvia) con una frecuencia regular y colisiones de alcance contra vehículos de gran porte. A lo que se suma la ausencia de áreas de servicios o descanso, las cuales –de existir– permitirían a los conductores y sus acompañantes detenerse para descansar, usar los sanitarios, tomar un café o reacondicionar su vehículo, para poder continuar en mejores condiciones el viaje.
En ese sentido, los especialistas recomiendan a los conductores que circulan en rutas detenerse a descansar cada 200 kilómetros como máximo, o cada dos horas de conducción ininterrumpida.