Pacientes y enfermeros del Pami II se pusieron en alerta ante la propagación de la escabiosis, más conocida como sarna, dentro de la institución. Según los empleados la cifra de trabajadores afectados ya trepó a 20. Pero Ricardo Oyola, director del policlínico, dijo hay cinco pacientes afectados, mientras que los de los trabajadores son "supuestos casos" ya que "hay una psicosis: cualquiera que le pica el brazo dice que tiene escabiosis".

Oyola dijo en diálogo con Diez Puntos que todo comenzó porque tres pacientes ingresaron con sarna y que también algunos familiares tenían la enfermedad. Y admitió la posibilidad de ue haya habido algún "error humano" para que se propagara, ya que seguramente no se deben haber respetado normas de bioseguridad recomendadas a nivel mundial.

En tanto, en contacto con el periodista de Radio 2 Pablo Procopio, una de las enfermeras del Pami II aseguró que este brote de picazón se hizo notar entre fines de octubre y principios de noviembre. “Al comienzo fueron dos enfermeros y ahora ya son 22 en total los que en el segundo piso, sector clínico fueron contagiados”, contó a Radio 2 una enfermera que prefirió reservar su identidad.

Según la empleada del Pami II el problema es común dentro del centro sanitario pero en esta oportunidad la situación se le fue de las manos a las autoridades. “Siempre los pacientes llegan con escabiosis o pediculosis, pero se tienen que tomar medidas de higiene y si es posible aislar a los pacientes para que la enfermedad no se propague”, señaló.

El brote de esta enfermedad, que está estrechamente vinculada con la falta de higiene, desnudó la mugre al interior de la institución. Sólo con mantener separados a los pacientes y en tratamiento para evitar el contagio, usar guantes, agua, jabón, alcohol y desinfectantes para la ropa de cama la sarna se hubiese controlado.

Para poder contrarrestar la escabiosis, la enfermera dijo que "hay que llevar adelante un tratamiento que implica la toma de comprimidos por vía oral, el uso de una loción en crema sobra la piel y estar aunque sea por siete días sin contacto con la persona enferma".

Pero además, parece ser que un desmanejo por parte de la aseguradora de riesgos del trabajo también aportó lo suyo.  Según la enfermera lo más difícil de resolver por los empelados contagiados fue ausentarse de su lugar de trabajo por siete días para cumplir con el tratamiento. “Desde hace dos meses tenemos a Asociart como ART, que no reconoce a la escabiosis como una enfermedad laboral. Por lo tanto, no extiende certificados que permitan ausentarse del trabajo y los empleados vienen igual con tal de no perder el presentismo”, denunció la enfermera.