La venta ilegal sigue siendo un tema polémico que nuevamente reaviva la ira de vecinos y comerciantes que trabajan con todas las de la ley. Por un lado, luego de las denuncias que derivaron en la aprobación de un pedido de informes en el Concejo al Ejecutivo sobre su funcionamiento, los puesteros de la feria de Salvat al 5900 se defienden y defienden su fuente de trabajo. Por el otro, los comerciantes de calle San Luis, otro importante centro de ventas de la ciudad, se quejan de los vendedores ambulantes que invaden las veredas.
En la plaza Homero Manzi, donde todos los fines de semana montan una suerte de campamento comercial que ya se conoce como La Salada rosarina, los trabajadores aseguran que no existen irregularidades entre sus productos y operaciones, y sostienen que se instalan allí por necesidad. “La gente necesita laburar y ésta es una fuente de trabajo para más de uno”, argumentó una vendedora ante las cámaras de Canal 3.
Además, sostuvo que en el lugar no se vende alcohol ni existen peleas, como se denunció. “Acá no hay problemas. No se vende alcohol como se dijo y puede haber alguna pelea entre nosotros, pero no agredimos a los vecinos”, se excusó.
Otra puestera expuso: “Tengo ocho hijos, vengo a ganarme el pan. Acá nos conocemos entre todos. Hay gente que tiene un trabajo, pero nosotros no lo tenemos”.
Se trata de una feria en la que, según expresaron los vecinos de la zona sur, “se venden todo tipo de artículos (incluso comestibles y medicamentos) de dudosa procedencia, no hay baños públicos y las 1500 personas que asisten cada fin de semana dejan mucha basura en las casas linderas”.
La feria comenzó como un intento de salida ante la crisis de 2001, sin saber que seis años después cobraría tal magnitud y acarrearía problemas en el barrio. El espacio de trueque creado en la plaza Homero Manzi, ubicada en Salva y Lainez, desconoció cualquier límite y poco a poco se transformó en una verdadera feria a cielo abierto similar, salvando las distancias, a la gigantesca La Salada de Buenos Aires.
En calle San Luis, hartos de la venta ambulante
Asediados por los vendedores ambulantes, que saturan las veredas y les generan una competencia desleal, los comerciantes que ocupan locales en el tramo céntrico de la calle San Luis volvieron a reclamar que se respete la normativa vigente.
En representación, el presidente de la Asociación Empresaria de Rosario, Elías Soso, le dijo a Canal 3 que según presume, los vendedores que no están instalados en algún inmueble “no están de acuerdo en la ordenanza vigente”, que expresa, recordó, que “cada comercio no puede instalarse a menos de 50 metros un vendedor ambulante de su mismo rubro”.
Además, las empresas de San Luis protestan contra la saturación que se produce en las veredas, lo que aleja a posibles clientes ante la posibilidad de circular a pie con comodidad.
Ante estas dificultades, Soso pidió que se endurezcan los controles por parte del municipio y sostuvo que desde la asociación que dirige están abiertos al diálogo, aunque la preocupación es grande porque se están defendiendo nada menos que diez mil puestos de trabajo en esa zona.
En la plaza Homero Manzi, donde todos los fines de semana montan una suerte de campamento comercial que ya se conoce como La Salada rosarina, los trabajadores aseguran que no existen irregularidades entre sus productos y operaciones, y sostienen que se instalan allí por necesidad. “La gente necesita laburar y ésta es una fuente de trabajo para más de uno”, argumentó una vendedora ante las cámaras de Canal 3.
Además, sostuvo que en el lugar no se vende alcohol ni existen peleas, como se denunció. “Acá no hay problemas. No se vende alcohol como se dijo y puede haber alguna pelea entre nosotros, pero no agredimos a los vecinos”, se excusó.
Otra puestera expuso: “Tengo ocho hijos, vengo a ganarme el pan. Acá nos conocemos entre todos. Hay gente que tiene un trabajo, pero nosotros no lo tenemos”.
Se trata de una feria en la que, según expresaron los vecinos de la zona sur, “se venden todo tipo de artículos (incluso comestibles y medicamentos) de dudosa procedencia, no hay baños públicos y las 1500 personas que asisten cada fin de semana dejan mucha basura en las casas linderas”.
La feria comenzó como un intento de salida ante la crisis de 2001, sin saber que seis años después cobraría tal magnitud y acarrearía problemas en el barrio. El espacio de trueque creado en la plaza Homero Manzi, ubicada en Salva y Lainez, desconoció cualquier límite y poco a poco se transformó en una verdadera feria a cielo abierto similar, salvando las distancias, a la gigantesca La Salada de Buenos Aires.
En calle San Luis, hartos de la venta ambulante
Asediados por los vendedores ambulantes, que saturan las veredas y les generan una competencia desleal, los comerciantes que ocupan locales en el tramo céntrico de la calle San Luis volvieron a reclamar que se respete la normativa vigente.
En representación, el presidente de la Asociación Empresaria de Rosario, Elías Soso, le dijo a Canal 3 que según presume, los vendedores que no están instalados en algún inmueble “no están de acuerdo en la ordenanza vigente”, que expresa, recordó, que “cada comercio no puede instalarse a menos de 50 metros un vendedor ambulante de su mismo rubro”.
Además, las empresas de San Luis protestan contra la saturación que se produce en las veredas, lo que aleja a posibles clientes ante la posibilidad de circular a pie con comodidad.
Ante estas dificultades, Soso pidió que se endurezcan los controles por parte del municipio y sostuvo que desde la asociación que dirige están abiertos al diálogo, aunque la preocupación es grande porque se están defendiendo nada menos que diez mil puestos de trabajo en esa zona.