Tradicionalmente asociamos descansar con dormir. Sin embargo se puede pasar un día entero en la cama y nunca estar relajado. Y es que el descanso no necesariamente tiene que ver con la falta de movimiento y el reposo, según una reciente investigación.

En lo que constituye uno de los estudios más completos sobre el descanso, participaron 18.000 personas de 193 países que fueron analizadas por un equipo multidisciplinario de neurólogos, psicólogos, sociólogos y hasta historiadores.

Tras dos años de pruebas, se llegó a una importante conclusión: "El descanso no es un estado natural, es una relación subjetiva que cada individuo establece con el concepto de relajación", explicó Felicity Callard, profesora de la Universidad de Durham, en Inglaterra, y coordinadora del estudio.

Es decir que el descanso es una idea relativa que debe analizarse en función de diferentes perspectivas como los aspectos económicos, históricos, fisiológicos y la forma en que cada persona los interpreta.

Es por eso que hay personas que salen a correr, terminan muy cansadas, pero recién después de la sesión logran relajarse y descansar. Por su parte, para los artistas, el trabajo de pintar un cuadro puede resultar una actividad absolutamente relajante y placentera, según el trabajo publicado por la BBC.

La investigación explica que la definición moderna del descanso, o sea la forma en la que comúnmente se lo conoce hoy en día, está basada en la Biblia. "En el libro sagrado del cristianismo se refiere la historia de la creación del mundo: Dios descansó al séptimo día. Se evidencia la idea de proporción y de que el descanso tiene que ganarse", indica Michael Greaney, profesor de Literatura de la Universidad de Lancaster, Inglaterra. "Se trataría de un ciclo entre pasividad y actividad. El trabajo y el descanso se definen mutuamente", agregó.

Sin embargo esto choca con las investigaciones actuales, que parecen dejar librado a cada persona la forma de descansar.