Lo hacen los chicos pero también los grandes. Cada vez que algún alimento sólido se cae al piso, el instinto es levantarlo. Y el aval estaría dado por una regla que dice que si pasó menos de cinco segundos en el suelo, se puede comer porque no está contaminado. La ciencia probó que esa teoría es “parcialmente cierta”, aunque la recomendación es no comer nada que haya caído.

El microbiólogo Donald Schaffner, de la Universidad de Rutgers -Nueva Jersey-, realizó un experimento arrojando cuatro tipos distintos de comida (sandía, pan, pan con manteca y gomas dulces de frutilla) sobre cuatro superficies diferentes (acero inoxidable, baldosas de cerámica, alfombra y madera).

A su vez levantó los alimentos en cuatro diferentes períodos de tiempo: menos de un segundo, cinco segundos, 30 y 300 segundos. En total, realizó más de 2500 mediciones de distintas variables, según consignó el portal El Espectador.

Los resultados demostraron que cuanto más tiempo pasa un alimento sobre cualquier superficie, se impregna de una mayor cantidad de bacterias. Esto corroboraría en parte la regla de los cinco segundos. Sin embargo incluso los que pasaron casi nada de tiempo en el piso absorbieron algunas bacterias que contaminan de forma instantánea. Por eso, lo que recomiendan, es no comer nada que se haya caído al suelo.

Otros tres datos que arrojó el estudio: la alfombra es la superficie que menos bacterias transmite, la sandía la que más se contamina y las gomitas dulces las que menos.