El Tribunal Oral Criminal 6 de la ciudad de Buenos Aires condenó este jueves a siete años de prisión a Diego Grasso por la tentativa de robo y abuso sexual del modisto Roberto Piazza, cometido en septiembre del 2009 en su casa del barrio porteño de Belgrano. "Con esta resolución veo una luz de esperanza para todos los argentinos", dijo el diseñador.
Grasso fue condenado como autor de los delitos de robo agravado en grado de tentativa y abuso sexual agravado, por los que deberá purgar una pena de siete años de cárcel.
Tras conocer el fallo, la abogada de Piazza (51), Lidia Morselli, dijo estar "realmente contenta" por considerar que se trató de una decisión de trascendencia en un caso de abuso sexual.
El veredicto condenatorio fue leído sin la presencia del acusado ni de la víctima. Antes, Grasso había comparecido ante los jueces para decir sus "últimas palabras" antes del juicio.
El acusado admitió haber intentado robar pertenencias de Piazza, aunque en todo momento negó haber abusado del modisto e, incluso, haberlo visto.
En sus últimas palabras se disculpó con Piazza por todos los daños y molestias derivados del intento de robo. Por su parte, el diseñador realizó declaraciones en la puerta de su casa tras conocer el fallo y aseguró que ahora ve "una luz de esperanza para los Argentinos".
El caso
El hecho por el que fue condenado Grasso fue cometido la madrugada del 10 de septiembre de 2009 en la casa y atelier del modisto, ubicado en la calle Ciudad de la Paz al 2900, del barrio porteño de Palermo.
Según la Justicia, esa madrugada Grasso ingresó a la casa a través de una ventana y se dirigió a las habitaciones, donde encontró a Piazza durmiendo.
El agresor despertó al diseñador y abusó de él –al penetrarlo con los dedos, según contó el modisto–, pero los gritos fueron escuchados por un asistente que dormía en otra de las habitaciones, quien llamó de inmediato a la pareja de Piazza y éste alertó a la policía.
Efectivos de la comisaría 35 se dirigieron a la casa de Piazza y lograron detener al agresor, a quien le secuestraron algunos de los objetos que estaba a punto de robar.
Piazza recuperó esas pertenencias, aunque nunca aparecieron unos 15 mil dólares que tenían en su taller para pagar sueldos de sus empleados al día siguiente.
Sobre el abuso, Piazza afirmó haber sido víctima de "humillaciones" y dijo que desea que Grasso "se muera adentro de la cárcel de la forma más espantosa que pueda haber".
Fuente: Télam


