Después de las pintadas que sufrió el colegio Sagrado Corazón durante el paso de la marcha de mujeres del 8M, las autoridades de la institución manifestaron “dolor” por el ataque, manifestaron su “compromiso” con los derechos de las mujeres y, a la vez, ratificaron “la defensa de las dos vidas” –es decir su rechazo a la legalización del aborto– como “principio inclaudicable”.

Gustavo Di Mónaco, director del Sagrado Corazón, dijo en el programa Radiópolis, de Radio 2, que así como Jesús se puso en innumerables oportunidades del lado de los derechos de las mujeres la institución está “comprometida” con los reclamos de la marcha del 8M para desterrar “de la cultura el machismo, la desigualdad y la opresión a sus personas” .

“Con todas estas exigencias de una vida humana cada vez más humana estamos comprometidos desde nuestro proyecto educativo pastoral-misionero, sin dudarlo. Por coherencia con el Evangelio de Jesuscristo sabemos que la mujer no puede ser condenada en desigualdad con el hombre por la sociedad”, enfatizó.

Y remarcó: “ El Señor nos enseñó a vivir esta cultura de la igualdad hace 2000 años salvando a la mujer que quería ser apedreada por los que se consideraban los limpios y justos. El fue el primero que desterró la cultura machista y nosotros lo seguiremos anunciando en nuestra historia y acción educativa”.

Pero a la vez señaló que “por coherencia con ese Evangelio respetamos incondicionamente la vida humana desde el momento de su concepción y hasta el momento de su partida. La defensa de las dos vidas es para nosotros un principio inclaudicable si se quiere vivir en una sociedad comprometida para que existan los derechos humanos”.

En ese marco, lamentó: “Ser castigados por pensar distinto en pleno siglo XXI es un retroceso a las épocas del siglo pasado cuando tenían poder quienes se creían los dueños de la vida de quienes pensaban o actuaban distinto a lo que ellos determinaban. Eso es la dictadura. ¡Nunca más!”.

“Que crean que dejando estas agresiones en las paredes del colegio pueden logar acelerar el tiempo de la historia es una opción equivocada”, insistió.