Como casi todo emprendimiento que se jacte de moderno, la feria informal La Salada está en la web y como pasa en el mundo real, en el universo virtual también es terriblemente exitosa. Tanto es así que, gracias a la apertura de dos sitios, las ventas se multiplicaron.

De acuerdo a lo publicado este martes por el diario Crítica de la Argentina, el negocio factura seis millones de euros por semana con sus puestos abiertos al público los miércoles y domingos. Hace quince días estrenó el servicio de venta virtual con dos páginas web y el movimiento originado entre oferta y demanda provocó el colapso del sistema.

“Ésta es la web de La Salada, creada por personas que venden y compran en esta feria. Está dedicada a todos los comerciantes mayoristas, minoristas, proveedores, distribuidores y puesteros de esta actividad. Como usted ya sabe, esta feria es la más grande en Latinoamérica”, se puede leer en la presentación del sitio ferialasada.com.ar, que junto con mercadolasalada.com son los nuevos puntos de venta de un negocio millonario.

“Hace quince días comenzamos en internet y las páginas no están terminadas todavía. Del 1 al 10 diría que estamos en 4 o 5. Pero la verdad que es increíble, La Salada es increíble. El servidor colapsó de visitas y ya estamos buscando uno nuevo que soporte más”, dijo Jorge Castillo, el llamado “rey de La Salada”.

“La gente elige la mercadería y deposita la plata en el banco. El banco nos da el OK y le mandamos un e-mail informándole que recibimos el pago. Entonces, se carga la mercadería el miércoles o el domingo y se entrega a la brevedad”, explicó Castillo sobre la metodología de venta. Para recibir los pedidos hay dos oficinas: una en Flores y otra en Puerto Madero, ubicada esta última en un edificio también millonario llamado Dock del Sol, en Alicia Moreau de Justo 2050, Puerto Madero, donde comparte espacio con corporaciones internacionales y lujosos estudios de abogados vip.

Fernanda Monges es empleada en la oficina que se ubica a orillas del río y recibe más de veinte llamadas por día. “La mayoría son pedidos minoristas, de ropas para adultos y adolescentes. Se pide mucho calzado. Los clientes tienen entre 20 y 50 años y la mayoría son del interior”, contó. Si bien la venta mínima es de 100 pesos, los compradores minoristas gastan entre 150 y 200 pesos y los mayoristas 400 pesos. La mayoría prefiere el delivery y sólo el 25% se acerca personalmente a buscar el producto elegido.