Aumentar los niveles de aminoácidos en la dieta -que tiene que seguir siendo equilibrada y baja en calorías- fomenta la fertilidad y, además, extiende la esperanza de vida. La nueva clave, según publican en la revista ´Nature´ investigadores del Wellcome Trust y la University College de Londres, está en equilibrar el consumo de proteínas, más que en restringir las calorías. Según han comprobado en un experimento con hembras de la mosca de la fruta (´Drosophila´), el elemento esencial es un aminoácido (que forma la base de las proteínas) conocido como metionina.

Para su trabajo, los autores dieron a las moscas una alimentación a base de levadura, azúcar y agua, pero les iban variando las cantidades de nutrientes claves como vitaminas, lípidos y aminoácidos (10 esenciales y 10 no esenciales). Así, descubrieron que al cambiar los niveles de aminoácidos variaba la fertilidad y la esperanza de vida de los insectos, mientras que la variación de los otros nutrientes no tenía ningún efecto.

En concreto, "la metionina se ha mostrado crucial para prolongar la vida sin disminuir la fertilidad", explica el doctor Matthew Piper, uno de los investigadores. "Al manipular cuidadosamente el balance de los aminoácidos en la dieta, podemos maximizar los efectos positivos sobre la longevidad y la capacidad reproductiva", añade.

Además de las proteínas que el organismo produce de forma natural, también las consumimos a través de diversos alimentos. Para aumentar los niveles de metionina, los investigadores recomiendan semillas de sésamo, nueces de Brasil, germen de trigo, pescado y carne.

Según aclara Xavier Remesar, catedrático de Nutrición de la Universidad de Barcelona y miembro del CIBERObn, Centro de Investigación Biomédica en Red - Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición, "la metionina es quizás el aminoácido que se ingiere en menor proporción, pero juega un rol esencial para varios procesos del organismo".

En épocas de hambruna, cuando escasean los alimentos, la reproducción siempre ha pasado a un segundo plano, porque los nutrientes deben recolocarse y servir para otra cuestión: la supervivencia. Por eso, por una herencia evolutiva, las dietas hipocalóricas afectan a la fertilidad, como se ha visto en los experimentos con moscas y ratones. Las calorías consumidas se distribuyen para otras funciones esenciales y se pierde capacidad reproductiva.

Pero para engañar a esta tendencia de la evolución, el estudio de ´Nature´ indica que basta con regular los aminoácidos de la dieta, especialmente la metionina. Aunque el genoma humano tiene cuatro veces más genes que el genoma de la mosca de la fruta, existe una estrecha relación entre ambas cadenas de ADN. Por eso, a pesar de que por el momento los beneficios de estas dietas no se han demostrado en humanos, los autores creen que podría actuar de forma similar.

"Lo que hemos visto en las moscas, -y probablemente también en otros organismos- es que el balance de aminoácidos es lo que más afecta a la salud. No es tan sencillo como decir como más o menos nueces para vivir más, sino que lo fundamental está en mantener un balance correcto de proteínas", añade Piper. "Por ahora, el estudio abre la puerta a investigar mejor cómo funcionan los distintos tipos de dieta y a observar bien a qué componentes del organismo afecta", concluye.

Remesar explica que "las personas deben ingerir de forma equilibrada los 20 aminoácidos que existen, que forman parte de las proteínas, sin que haya excesos ni defectos de ninguno. Hace años, algunos investigadores se dedicaron a estudiar qué pasaba si faltaba o sobraba alguno de ellos y vieron que la carencia de ciertos aminoácidos daba lugar a problemas de salud importantes". El trabajo que se acaba de presentar va en esta misma línea, "pero está por ver qué pasa y qué efectos puede tener a largo plazo un aumento de los niveles de metionina".

Fuente: El Mundo – España