En un preescolar de Seattle (Estados Unidos) el cuidado de niños tiene lugar a lo largo de un campus que también es el hogar de más de 400 adultos mayores. Es una experiencia inédita que tiene como objetivo el encuentro intergeneracional para propiciar aprendizajes nuevos y que los adultos mayores. que suelen queda. relegados a un rincón solitario, puedan estar acompañados y motivados.

El Centro Educativo Intergeneracional es un preescolar para niños desde seis semanas hasta cinco años que funciona dentro del hogar para ancianos Providence Mount St. Vincent. Cinco días a la semana, los pequeños y los residentes se reunen para hacer diversas actividades. Bailan, escuchan cuentos, hacen música y arte o simplemente comparten tiempo juntos.

Los programas intergeneracionales de este tipo benefician tanto a los niños como a los ancianos. Según explican en el sitio web de la institución, los mayores ganan autoestima y disfrutan de las risas y la alegría de los pequeños. Estos, por su parte, aprenden a aceptar a las personas con capacidades diferentes y a entender que los adultos también necesitan ayuda de vez en cuando. También logran comprender el proceso de envejecimiento y reciben todo el cariño de los residentes.

El proyecto ha tenido un enorme eco en toda la comunidad, los comentarios positivos no se hacen esperar de los padres, los ancianos y los niños, incluso el proyecto ya plantea filmar su documental como un gran ejemplo a la comunidad educativa y sociedad.